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Los cambios que se necesitan en las negociaciones sobre el Cambio Climático

Los cambios que se necesitan en las negociaciones sobre el Cambio Climático

Las cumbres sobre Cambio Climático, como la COP 27 del año 2022 realizada en Egipto siguen teniendo, según nuestro criterio, un enfoque equivocado. No dudamos de que muchos de los participantes tienen la mayor y mejor voluntad de lograr avances. Más, sin embargo, todo parece indicar que se trata de un asunto de paradigma.

Hay una confusión de objetivos, prioridades y expectativas.La Crisis Climática no ha terminado y más bien está empeorando. Los recursos deben ser invertidos en acciones preventivas globales.Las acciones que apremia tomar deben ser locales, pero con visión planetaria, es decir, de acción ubicua. La efectividad de las acciones debe llevar como resultado dar insumos a los gobiernos locales para que, junto con sus comunidades, puedan tomar acciones concretas en sus territorios jurisdiccionales. Mientras esto no se haga no podemos decir que estamos avanzando.

¿Qué es y por qué la Evaluación Ambiental Estratégica es la palanca que necesita el país para impulsar su desarrollo sustentable?

Diciembre 23, 2022 4:20 am

Para casi todos es claro que la coyuntura actual por la que pasa nuestro país es de una severa  crisis económica. Crisis  derivada de más de dos años de Pandemia mundial y casi un año de una guerra en Ucrania que, aunque lejana, tiene efectos económicos directos en una economía como la de Costa Rica. Es claro también, que el país requiere de un impulso al desarrollo sustentable que permita hacer crecer su economía con el ingreso de fondos sanos.

El año 2023 se visualiza como un año donde debemos lograr un cambio real y significativo. No hay muchas alternativas que realmente tengan un efecto directo en la mejora de nuestro modelo de desarrollo socioeconómico. Ante esto, debemos echar mano de las mejores herramientas técnicas y científicas para avanzar.

Una de estas herramientas comprende la denominada Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) que no es otra cosa que promover la planificación estratégica ambientalmente sustentable al desarrollo del país. Por eso, analizamos el tema en este artículo con propuestas concretas para que el país pueda implementar esta herramienta de agilización del desarrollo sustentable en el menor plazo posible.

Recuento histórico: la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) surgió hace 50 años junto con la evaluación de impacto ambiental (EIA). La diferencia entre ambas es que la EIA se concentra en proyectos, mientras que la EAE en políticas, planes y programas, entendidos los planes y programas como conjuntos de proyectos de desarrollo.

En la mayoría de los países desarrollados la EAE fue desarrollada desde muy temprano con las diferentes variantes nacionales. Con la EAE se implementa, de forma paralela la planificación del desarrollo a mediano y largo plazo.

En algunos países asiáticos, muy exitosos en desarrollo económico, como China y Corea del sur, desde hace casi 20 años, la EAE forma parte intrínseca del modelo de desarrollo como un instrumento muy útil para la agilización de proyectos.  Es una forma muy inteligente de armonizar la planificación con el desarrollo económico, algo que marca una fuerte diferencia con un país como el nuestro. Aunque esto no significa que no se puede corregir.

En Costa Rica la EAE no forma parte explícita de la Ley Orgánica del Ambiente, la cual se refiere de forma amplia a la EIA de actividades, obras y proyectos. Leyes ambientales como la de Panamá y El Salvador si integran el instrumento, más sin embargo, lastimosamente no ha sido potenciado debidamente.

La Resolución 2002-01220 de la Sala Constitucional, por un mandato constitucional llevó a introducir la herramienta de la EAE en el Decreto ejecutivo No. 31849 (Reglamento general de procedimientos de EIA) que se publicó junio del 2004. En el Capítulo VII de este reglamento se establecen los principios y lineamientos de la aplicación de la EAE en el país, tanto para el ordenamiento y planificación territorial, como para políticas, planes y programas.

Desde mayo del 2006 se estableció el decreto ejecutivo No. 32967 con el cual promulgó la normativa para aplicar la EAE al ordenamiento territorial.

La EAE aplicada a políticas, planes y programas, increíblemente, todavía no ha sido reglamentada. Esto a pesar de que, desde hace más de cinco años, la Contraloría General de la República ordenó que se normara su aplicación. El pretexto de la administración Solís para no hacerlo fue que se ocupa crear una nueva entidad y nombrar nuevo personal. Algo sumamente contradictorio dado que, en la SETENA, desde hace más de 10 años existe un Departamento técnico de EAE. Con la administración Alvarado tampoco se dio ningún avance.

Utilidad de la EAE para países como Costa Rica:  la EAE tiene una enorme utilidad para los países en vías de desarrollo. En primer lugar, es una forma gradual de introducir la planificación estratégica, de mediano y largo plazo, al modelo de desarrollo económico. Con eso, empezamos a corregir errores históricos que nos tienen estancados en materia de planificación.

Aunque la EIA es importante para el control y equilibrio ambiental de los proyectos, la EAE es igual o más importante si se considera que con ella es posible alinear y acelerar el desarrollo sustentable de un país.

La EAE permite que las diversas políticas que se impulsen en el país se desarrollen dentro de un marco participativo equilibrado, con información y transparencia. Además, se asegura su consistencia, para  que no se den contradicciones entre las diversas políticas de estado.

Con la EAE de planes y programas, se puede evitar que los proyectos individuales tengan que desarrollar EIA engorrosas e individuales, con trámites extensos para obtener los permisos ambientales para su desarrollo. Al respecto, hemos señalado que con el uso de la zonificación ambiental que tiene aprobado el país, es posible establecer un sistema de Permiso Integral Ambiental automatizado que disminuiría de 4 años promedio a 4 semanas, el trámite ambiental integral de proyectos de desarrollo en gran parte del país.

Y no se trata de que los proyectos se salten el cumplimiento del proceso de EIA, sino que, con el debido fundamento técnico y científico, establecido por medio de la EAE, se fijen lineamientos operativos de funcionamiento dentro de un marco normativo ambiental genérico para la actividad.

Así, por ejemplo, un Plan o Programa de desarrollo de infraestructura en salud, educación, en desarrollo vial, en turismo, entre otros, con una efectiva EAE podrá evitar que los proyectos de centros de salud o de educación tengan que hacer EIA individuales, con lo cual es posible acortar todos los procesos administrativos y tiempos para la ejecución de obra. El proceso de EIA, se debería limitar a que un consultor ambiental responsable regente la aplicación de medidas ambientales derivadas de la EAE o de una guía ambiental de buenas prácticas para la actividad.

Temores y razones para su no implementación todavía: no resulta comprensible la razón por la cual un país como Costa Rica no haya desarrollado aún la EAE de políticas, planes y programas. Podría decirse que se debe a la falta de conocimiento de lo que significa la EAE o, en su defecto, a la existencia de un temor por la aplicación de principios tales como el de participación, información y transparencia en el desarrollo de políticas de estado en temas estratégicos.

Sea la que sea la razón por la cual no se ha implementado, la realidad es que se trata de un instrumento que, indefectiblemente, tiene que ser desarrollado como parte de la gestión del Estado. Conforme más tarde lo hagamos, más tarde enrumbaremos al país hacia un modelo de desarrollo más fuerte y sustentable.

En el contexto global en que nos encontramos, con una situación de desequilibrio ambiental grave y de una Crisis Climática, es claro que existe una seria responsabilidad en la implementación de instrumentos estratégicos para el desarrollo sustentable del país, como la EAE. Postergar o ignorar la implementación de la EAE solo acarrearía atrasos innecesarios en la modernización del modelo de desarrollo de Costa Rica.

Acciones estratégicas a tomar a corto plazo: en primer lugar urge normar la EAE de políticas, planes y programas tal  y como lo solicitó la Contraloría General en el año 2017. Ya existe un borrador y en esto, las autoridades pueden contar con nuestro total apoyo. No hace falta crear una institución pública nueva pues ya se cuenta con el Departamento de EAE en la SETENA, el cual podría reforzarse con el apoyo de algunos pocos funcionarios del Ministerio de Planificación.  A partir de este núcleo de arranque es posible iniciar la implementación de la EAE en el país.

Dado que el impulso al desarrollo económico del país es una prioridad, es claro que las primeras tareas a impulsar por medio de la EAE, debería ser la creación del Permiso Integral Ambiental para proyectos, así como la realización de EAE a planes y programas con grupos de proyectos en temas clave como en infraestructura vial, educación, salud, turismo y desarrollo inmobiliario en zonas costeras.  Más tarde podrán empezar a revisarse otros temas como políticas de desarrollo promovidas por el Estado.

En medio de la situación coyuntural en que nos encontramos, se hace urgente impulsar instrumentos técnicos que garanticen la sostenibilidad en la protección del ambiente, así como el impulso a un desarrollo económico acelerado. Se trata de un tema importante que esperamos que las autoridades públicas asuman en el menor plazo posible.

a.astorga.g@gmail.com

¿Por qué gran parte de carreteras nacionales que pasan por zonas de montaña son de alto riesgo y poco resilientes?

Noviembre 15, 2022 4:19 am

Con los eventos de desastre que han ocurrido durante los últimos meses en las carreteras nacionales que pasan por zonas de montaña se hace necesario hacer un enfoque científico algo diferente. Esos eventos de desastre culminaron con la lamentable pérdida de vidas en Cambronero, cuyo origen se vincula a un deslizamiento y un evento de flujo. Eventos que han sucedido en otras carreteras nacionales provocando obstrucción en el paso de la vía y grandes retrasos en el tránsito, algo que se suma a las limitaciones de dichas vías que en su gran mayoría son solo de dos sentidos.

Deseamos dar una opinión técnica desde el punto de vista de las evaluaciones ambientales y, en particular, de geoaptitud, que hemos realizado en carreteras como la trocha fronteriza, Ruta 32, la carretera a Monteverde y “nueva” carretera a San Carlos. Lo primero que tenemos que aclarar es que no se trata de un problema de ingeniería de diseño y tampoco de construcción que cumple las condiciones del diseño. Se trata de un tema de planificación y la consideración a priori de las condiciones de geoaptitud del terreno del trazo de la vía.

Por un profundo respeto a las vidas perdidas y a los recursos que se malgastan en estos eventos y en aras a aportar de forma proactiva alternativas de soluciones profundas, desarrollamos aquí alguna argumentación sobre este tema.

Geoaptitud de los terrenos: se trata de la suma de las condiciones geológicas que tiene un terreno en su parte más superior del subsuelo y que definen su aptitud natural para el desarrollo de un proyecto o actividad humana. 

Tiene que ver con las características litopetrofísicas de las rocas (dureza, fracturación, contenido de arcilla, porosidad – permeabilidad, entre otros), las condiciones geodinámicas externas del terreno (relieve, procesos de erosión y sedimentación), la situación hidrogeológica con la presencia de acumulaciones de aguas subterráneas y desarrollo de acuíferos colgados, la estabilidad de ladera y la susceptibilidad a los deslizamientos, así como las condiciones a las amenazas naturales como la susceptibilidad sísmica, el potencial de ruptura en superficie por fallas geológicas activas, inundaciones y paso de flujos, hundimientos y subsidencias del terreno, peligros volcánicos, así como tsunamis y ascenso relativo del nivel del mar en zonas costeras.

En Costa Rica existe desde el 2006 una metodología estandarizada para realizar mapas de geoaptitud de terrenos, no obstante, antes de ese tiempo, se podrían integrar como parte de los estudios geológicos básicos y de escala detallada que deben realizarse como parte de la pre y factibilidad técnica de un proyecto de infraestructura. Estos estudios son responsabilidad de profesionales en geología, según lo establece, desde 1973, la ley del Colegio de Geólogos de Costa Rica.

Para obras nuevas es indispensable contar con los mapas y estudios de geoaptitud que permitan evaluar las alternativas de trazado de la vía y su derecho vía, incluyendo el ancho de la misma. Solo así se podrá garantizar que el trazo seleccionado para la vía garantice que sea una obra lo más segura y resiliente posible. Condiciones bajo las cuales la obra será más duradera y requerirá inversiones de mantenimiento y de contingencia por eventos de desastre más bajas.

Para este tipo de obras no basta con que se cuente con viabilidad ambiental por parte de la SETENA. Es indispensable que los estudios técnicos, principalmente de Geoaptitud, se hayan realizado a una escala detallada (1:10.000 o menos) y que sean completos. Estudios que deben estar disponibles de previo al diseño final de la obra y su planificación. 

En el caso de obras viales existentes, los estudios de geoaptitud de escala detallada (1:10.000 o menor) para un corredor de mínimo un kilómetro de ancho, arrojan información muy importante para establecer los tramos más susceptibles y para determinar las medidas correctivas necesarias para aumentar la resiliencia de la obra. Esto es indispensable para determinar si se requiere ampliar el derecho de vía para poder bajar los taludes y controlar los drenajes de las aguas, así como el desarrollo de obras de estabilización de taludes. En los casos más críticos, puede que incluso se requiera modificar el trazado.

El tema de la Geoaptitud de terrenos está muy vinculado a la identificación de los denominados GeoRiesgos. Costa Rica, como el resto de Centroamérica es una zona que presenta casi todas las fuentes de georiesgos que existen. A esto se suma que esta misma región es una de las más vulnerables a los efectos del Cambio Climático. Siendo así, no considerar esta información como base para la toma de decisiones estratégicas como el trazado de una nueva vía o la mejora profunda de una existente, representa una muy grave omisión.

Errores de raíz en las obras viales más antiguas: cuando analizamos la historia del desarrollo de las obras viales más antiguas, como la ruta 1 y 2, así como la ruta 32 y la 27 e incluso la “nueva” carretera a San Carlos, vemos que tienen el mismo factor común denominador. En la mayoría de los casos los estudios de geoaptitud de terrenos no fueron realizados con el grado de detalle necesario ni a la escala apropiada. O simplemente no fueron realizados. Recordemos que las evaluaciones de impacto ambiental que solicitan esta información en la actualidad se empezaron a pedir a mediados de la década de los noventa del siglo pasado.

Esta situación se refleja por el hecho de que el derecho de vía que se define tiene, aproximadamente, el mismo ancho a lo largo de la ruta, con las características de que es muy angosto para la necesidad real de la vía. Además, en la gran mayoría de los casos los parámetros de construcción que se definen, no contemplan aspectos de obras especiales para las áreas más vulnerables. En muchos casos, como en la ruta 27 se considera que esas obras se deben desarrollar después de la entrada en operación de la vía, algo que es un error grave en zonas tropicales muy lluviosas, afectadas por el Cambio Climático y, además, muy susceptibles a eventos sísmicos.

Los derechos de vía angostos son uno de los mayores problemas: el problema de raíz surge con la definición de derechos de vía angostos que marca el área de intervención que se usará para la construcción de la carretera y las obras de mantenimiento. En muchos casos los derechos vía angostos se definen para no tener que hacer grandes inversiones en expropiaciones de las fincas privadas, pero ese costo se traslada multiplicado en las complicaciones que tendrá la vía durante toda su vida útil.

Con la experiencia que tiene el país en este tipo de problemas de las vías, es claro que se puede hacer una evaluación de costo – beneficio que contemple los costos de los atrasos por problemas de eventos de desastre en la vía. Es evidente que es mucho mejor invertir en la definición de un trazo de vía que contemple todos los factores ambientales, principales de geoaptitud y de gestión de riesgos, así como derechos de vía lo suficientemente anchos para el desarrollo de obras apropiadas.

Ejemplos de toda esta problemática, hay muchos. En la Ruta 32 se contempló originalmente, el desarrollo de varios túneles. Al final, se supone que, por un tema de presupuesto, se hizo solo uno y se dejó la carretera con taludes verticales muy altos y muy susceptibles al desprendimiento de materiales. En la ruta 27 se dejaron derechos de vía muy angostos y de allí que los taludes tengan pendientes tan abruptas. Algo que explica el origen de la mayoría de los problemas que tiene esta vía, junto con problemas de fallas geológicas activas.

La carretera “nueva” a San Carlos tiene un trazo que es totalmente contradictorio con las condiciones de geoaptitud. Pasa por una zona de falla geológica, un cono de emisión volcánica del Pleistoceno (de varios miles de años) y por un humedal, entre otros elementos que muestran que el trazo original no se realizó con el debido criterio técnico, prácticamente fue una línea arbitraria (la de menor extensión) sobre un mapa de escala regional.

Finalmente, en la rehabilitación de la carretera a Monteverde, desde la carretera interamericana, es claro que no se realizó una evaluación detallada de los sitios más susceptibles a eventos de desastre como deslizamientos y flujos y, por tanto, tampoco se planificaron obras para estabilizar dichos sitios. Solo se hicieron obras en la superficie asfáltica y algunas obras de estabilización que no son suficientes.

Buscando soluciones duraderas: es claro que las vías antiguas del país requieren mejoras sustanciales y profundas que atiendan las zonas de menor geoaptitud (identificados por medio de estudios técnicos detallados) con obras rectificativas que incluirían la ampliación del derecho de vía o el desarrollo de un nuevo trazado en los casos más extremos. También es muy claro que estas obras requieren de una inversión significativa, lo cual no es sencillo dada la capacidad de endeudamiento que tiene el país. 

En muchos casos sería necesario trasladar parte de los costos de las obras de aumento de resiliencia de las vías nacionales, por medio del cobro de peajes con montos razonables cuyos recursos se inviertan directamente en el mejoramiento de vía. Solo así se podrá avanzar hacia el objetivo de contar con obras más resilientes y seguras.

Mientras tanto, es indispensable que por medio de detallados estudios técnicos de Geoaptitud se definan las áreas más susceptibles a eventos y se creen sistemas de alerta temprana y de advertencia, sobretodo vinculados a situación hidrometeorológica para poder realizar acciones de prevención como cierre de vías con el debido criterio técnico. 

Recordando, claro está, que estas medidas deben ser temporales, mientras se realizan mejoras en la vía. Vía que sigue siendo muy susceptible a eventos sísmicos fuertes que, a diferencia de los eventos climáticos no son previsibles y, por tanto, pueden ser peligrosos por el grado de destrucción que pueden provocar.

a.astorga.g@gmail.com

COP 27: Urge cambiar la estrategia en la lucha contra el Cambio Climático

El pasado 6 de noviembre se inició en Egipto, la No. 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Con la participación de casi 200 países y hasta el 18 de noviembre, varios miles de participantes (presenciales y virtuales) estarán discutiendo la búsqueda de acuerdos para atender los cada vez más graves efectos negativos que produce el Cambio Climático. Algo agravado por la guerra y la crisis económica mundial. 

Con el contexto de que la temperatura de la atmósfera del planeta se ha incrementado en 1,2 grados respecto a los niveles preindustriales, con concentraciones de CO2 a 421,95 ppm (parte por millón) a abril del 2022 con una clara tendencia creciente y con la ausencia de tres de los países más contaminantes: China, Rusia y la India; la perspectiva de éxito de esta conferencia es similar a las de las 26 conferencias anteriores. Es decir: muchas conversaciones, muchas negociaciones y un éxito parcial (por no llamarle fracaso rotundo) que no se traduce en cambios verdaderamente efectivos. 

Ante esta situación se hace necesario plantear un urgente cambio de estrategia en la lucha contra el Cambio Climático. Cambio que debe empezar por comprender que la lucha no solo se limita al Cambio Climático, sino para todos los límites planetarios que tienen la Ecosfera terrestre en un severo estado de desequilibrio. Existen soluciones y se requieren de acuerdos globales, pero a diferencia de lo que hasta ahora se ha discutido y “hecho”, se ocupan acciones concretas de tipo local, pero ubicuas en todo el planeta. Analizamos aquí algunos lineamientos de este urgente cambio de estrategia.

Anomalías climáticas en incremento: una anomalía climática es una desviación del valor de un elemento del clima respecto a su valor normal.  Para identificarlas se reconocen las diferencias entre un evento climático en un determinado lugar y la condición promedio de ese factor respecto a la latitud y longitud geográfica de ese territorio. 

En otras palabras, las anomalías climáticas son los eventos extraordinarios, no esperados y desconocidos para los pobladores de determinado lugar del planeta.

En los últimos 10 años las anomalías climáticas se han incrementado en frecuencia y extensión. Hay muchos ejemplos de esas anomalías: grandes sequías en Europa y Sudamérica, olas de calor en el ártico, inundaciones extraordinarias en zonas áridas de Asia, cada vez más fuertes heladas en el hemisferio norte y más frecuencia de alternancia de grandes lluvias en los trópicos y sequías extremas. 

Cada año se rompen récords de temperaturas más elevadas o más bajas o de mayores lluvias en muchos lugares del mundo. Eso no es casual. Se vincula directamente con el aumento de la temperatura de la atmósfera planetaria y ésta, a su vez, al contenido de CO2 que también sigue en crecimiento. 

No se requiere se experto en cambio climático para saber que la situación está cambiando rápidamente y que está desmejorando año con año.

El 2030 es nuestro límite crítico: en el 2015 el Acuerdo París se propuso como objetivo primordial el tratar de fortalecer la respuesta mundial al cambio climático, limitando el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de los 2 grados centígrados, al tiempo que se continue con los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados. 

Las actuales proyecciones de aumento de la temperatura es que esta alcanzará el límite 1,5 grados muy cerca del 2030 que, originalmente, se pensó ocurriría en el 2050. Este límite de 1,5 grados se considera un límite crítico, de no retorno, que tendrá severas consecuencias ambientales en todo el planeta. 

Consecuencias como por ejemplo la pérdida de los arrecifes coralinos de todo el mundo, el incremento en la pérdida de bosques y ecosistemas, las sequías y la desertificación con la consecuente pérdida de suelos, el deshielo de las capas polares y el incremento del nivel del mar, además de un aumento de las anomalías climáticas. Desde el punto de visto humano esto se traduce en pobreza, enfermedades, hambre y migración, entre otras calamidades.

El 2030 no solo representa un límite crítico en materia de Cambio Climático, sino también en otros temas ambientales vinculados (límites planetarios), como pérdida en la biodiversidad terrestre y marina, la pérdida de calidad ambiental por contaminación, la disminución significativa de los reservorios de agua dulce y toda la cadena de impactos que se generan de estos eventos y entre los que destacan la disminución en la producción agroalimentaria y el desarrollo de zoonosis que pueden derivar en nuevas pandemias.

Estrategia de descarbonización: los objetivos planteados por el Acuerdo de París del 2015 (que empezó a regir desde el 2020) ahora, en el 2022, a la luz de la realidad que afrontamos, resultan tímidos y muy laxos, basados en la buena voluntad de los países en aplicar acciones concretas, fundamentadas principalmente en la descarbonización de las economías. Algo que, evidentemente, no está lográndose de forma objetiva, todo lo contrario, parece que, a pesar de tantas conversaciones y negociaciones, seguimos avanzando en sentido contrario. 

Los datos de la ONU de octubre del 2021 señalaban que las emisiones de CO2, por sí solas, alcanzaban las 33 gigatoneladas en 2021 (una gigatonelada equivale a mil millones de toneladas). Cuando se consideran todos los demás GEI (gases de efecto invernadero como el metano, óxido nitroso y fluorocarbonos), las emisiones anuales son cercanas a los 60 GtCO2e (gigatoneladas de CO2 equivalente). 

Por lo tanto, para tener la oportunidad de alcanzar el objetivo de 1,5°C, se deben reducir casi a la mitad las emisiones de GEI. Para el objetivo de 2°C, la necesidad adicional es menor: una caída en las emisiones anuales de 13 GtCO2e para 2030. Estos objetivos no se están logrando con la descarbonización, la tendencia global, es contraria, pues se están dando incrementos en la producción de gases de efecto invernadero.

Incluso en Europa, que ha sido baluarte en la lucha contra el Cambio Climático, se empiezan a levantar voces cada vez más fuertes que cuestionan decisiones dirigidas a la reducción de emisiones. En medio de una economía de guerra, cuando hay carencias de energía, algunos lineamientos originales parecen poco lógicos y alimentan las opiniones de que se trata más de temas ideológicos y de negocio para algunos que un verdadero conjunto de acciones efectivas. Algo que a la luz de los avances obtenidos sigue generando muchas dudas.

Por otro lado, el hecho de que los tres países (China, Rusia y la India) que producen mayor cantidad de emisiones (40 % del total) no formen parte de la estrategia de reducción de emisiones, tampoco ayuda a dar más confianza y seguridad en el camino que se sigue.

Cambios estratégicos: la reducción de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero es muy importante, pero no debe ser la única medida en la lucha contra el cambio climático. Se requieren implementar y reforzar otras medidas concretas y efectivas que permitan que los países que hasta ahora no se han integrado, se incentiven a hacerlo. 

Esas medidas deben llevar a que el trabajo se haga de forma local, a escala de los gobiernos locales de cada país del mundo y con la participación efectiva de su población. Además, las medidas a implementar deben ser multiobjetivo, es decir que además de capturar carbono y ralentizar los efectos del cambio climático, sirvan para restaurar suelos, bosques y recuperar la biodiversidad que se está perdiendo aceleradamente junto con la calidad ambiental de la Ecosfera terrestre. También deben promover el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de esos gobiernos locales.

La agricultura y la ganadería convencionales deben cambiar hacia la producción regenerativa que contribuya también a restaurar suelos y ecosistemas y a disminuir la contaminación del suelo y de las aguas superficiales y subterráneas, así como de los océanos.

La protección de los bosques tropicales y boreales existentes es muy importante. Pero para evitar llegar al límite de 1,5 grados, se requiere desarrollar desde ahora y hasta el 2030 al menos 250 millones de hectáreas de bosques tropicales en América Latina, África, Asia y Oceanía.

El financiamiento de estos nuevos bosques debe provenir de la producción y consumo de hidrocarburos y otros combustibles fósiles de forma tal que por cada tonelada de CO2 que se utilice, se garantice que se financiarán, por lo menos, dos toneladas de CO2 almacenado en bosques existentes y en nuevos bosques y suelos regenerativos.

Esta inversión es prioritaria no solo en la lucha contra el cambio climático, sino contra todos los límites planetarios cuyo punto de inflexión está cerca y que, juntos, contribuyen al desequilibrio de la Ecosfera terrestre. Además, como hemos señalado, la inversión en bosques, suelos y biodiversidad en países tropicales (la gran mayoría países pobres) ayudará a resolver problemas sociales y educativos en esta región, incluyendo temas muy sensibles como la migración hacia los países de primer mundo.

También, como hemos señalado ya, la selección de los territorios para el desarrollo de nuevos bosques tropicales y para la agricultura y la ganadería regenerativa tiene que hacerse con un efectivo y eficiente criterio técnico establecido mediante el ordenamiento y la planificación territorial. 

Se debe garantizar que, a pesar del trabajo por restaurar el equilibrio de la Ecosfera terrestre y luchar contra el Cambio Climático, el progreso humano debe continuar, pero de una forma sustentable, no contaminante, basado en una economía circular que garantice crecimiento y desarrollo socioeconómico de los países. Los problemas ambientales actuales tienen que corregirse.

Cuando hacemos los números para la implementación de esta estrategia complementaria vemos que, si son posibles siempre que se logre un acuerdo real, efectivo y obligatorio entre los países, en particular los del primer mundo. Lo llamativo de todo esto es que la inversión necesaria es menor a la que se hace en gastos militares.

Sabemos que el camino no es fácil, y por eso, se requiere un esfuerzo extraordinario. Dentro de este esfuerzo es vital que le demos una gran importancia al tiempo. No es posible que sigamos dejar pasar el tiempo como si no estuviéramos en una auténtica emergencia planetaria. 

Debemos empezar lo antes posible y por eso, la COP requiere ser profundamente reestructurada hacia un nuevo acuerdo global para restaurar el equilibrio de la Ecosfera terrestre y para ralentizar los efectos del Cambio Climático. Requerimos de acciones concretas y efectivas dentro de un nuevo derrotero global.

El autor es geólogo ambiental, especialista en ordenamiento y planificación del territorio, gestión del riesgo y evaluación ambiental, con más de 25 años de experiencia. Durante los últimos 15 años se ha especializado en el trabajo por la restauración del equilibrio de la Ecosfera terrestre y la lucha contra el Cambio Climático.

a.astorga.g@gmail.com

El riesgo de construir en el pie de monte del Valle Central de Costa Rica

Octubre 30, 2022 11:32 am

Desde hace más de 12 años se inició lo que hemos llamado un desequilibrado “pulso” entre los sectores inmobiliarios y constructivos del país, con algunos técnicos que tratamos que las áreas que se dediquen a construcción, sean sitios seguros y resilientes. Este pulso llevó a que, en el 2010, finalmente no se aprobara el Plan regional PRUGAM 2008 – 2030 y en su lugar, se trabajara con planes regionales diametralmente opuestos como el POTGAM y el Plan GAM 2013 – 2030, el cual fue declarado, recientemente, como inconstitucional por la Sala IV.

Este pulso aún no ha terminado. Mientras tanto, durante todo este tiempo, el desarrollo de construcciones de diverso tipo en las laderas de las montañas del Valle Central, ha continuado. Cada vez hay más y nuevas construcciones en lugares cada vez más altos, en las montañas del sur (Precordillera de Talamanca) y del norte (cordillera volcánica central).

Y no se trata de construcciones en precario, los cuales existen, sino también de construcciones de gran inversión cuya adquisición les cuesta a los compradores hipotecas de muchas decenas o cientos de miles de dólares con plazos de decenas de años. Se trata de deudas de toda una vida que se adquieren con la confianza de que la obra es “segura” que es “para siempre”. Algo que no es necesariamente cierto.

Por consideración a todas estas personas que han adquirido lotes y construcciones en todas estas zonas, se hace necesario explicar el riesgo que se adquiere por irse a vivir al pie de monte del Valle Central. Un asunto técnico que requiere una explicación llana que esperamos también sea de provecho para los ingenieros civiles y arquitectos que son los profesionales responsables de las construcciones en estas zonas de ladera.

Abanicos aluviales: se trata de cuerpos sedimentarios que se desarrollan en el pie de monte como producto de la acumulación de los materiales geológicos que se erosionan en la parte alta de la montaña y se acumulan en los sitios de cambio de pendiente. Tienen superficies de varios kilómetros cuadrados y se caracterizan porque presentan una pendiente menos pronunciada que las laderas rocosas de las montañas que los bordean.

Precisamente esa característica de relativa menor pendiente y el hecho de que presenten vistas importantes al valle, hace que los terrenos de los abanicos aluviales sean atractivos para el desarrollo inmobiliario y de construcciones.

En países tropicales como Costa Rica, tenemos dos tipos de abanicos aluviales. Los primeros, de tipo “torrencial” son lo que se observan al sur del Valle Central, como en Aserrí, Desamparados y Alajuelita. Están controlados por el desarrollo de lluvias intensas en la parte alta de la cuenca hidrográfica que producen crecidas de los ríos y arrastre de materiales rocosos que se acumulan en los cauces de los ríos de los abanicos aluviales y sus zonas aledañas. Cuando el nivel relativo del mar está en ascenso, como ocurre en la actualidad, estos abanicos se desarrollan más rápidamente dado que los sedimentos que provienen de la montaña se acumulan sobre el abanico existente.

El segundo tipo de abanico, se refiere a los abanicos de origen volcánico, como el que se encuentra bajo la Ciudad de Cartago y que se desarrolla principalmente, cuando el volcán Irazú está activo. El evento del flujo del río Reventado en 1964 es un ejemplo de la construcción de este abanico. Aunque estos flujos también se pueden producir como producto de la erosión del estratovolcán, ya sea por lluvias intensas, un terremoto o una combinación de los dos fenómenos.

Dada la abundancia de zonas de montaña que tiene el país y la cantidad de lluvias que se dan, existen muchos abanicos aluviales. En muchos casos, hay ciudades completas construidas sobre estos abanicos, y no solo en el Valle Central, sino también afuera de la GAM, como en el caso de Turrialba, San Isidro de Pérez Zeledón y Ciudad Quesada, entre otras.

Riesgo de las construcciones: los abanicos aluviales están caracterizados por la presencia de muchos cauces de ríos que bajan desde las montañas. Con la presencia de lluvias intensas, estos ríos son muy susceptibles a la inundación fluvial, al desarrollo de procesos muy erosivos y al paso de grandes torrentes con flujos de sedimentos que descienden hacia las partes bajas de los abanicos. Incluso esos cauces fluviales pueden tener cambios muy significativos en caso de que la cantidad de agua de lluvia sea muy alta.

La naturaleza siempre nos advierte del peligro. En el caso de los abanicos aluviales la presencia de grandes rocas de varias toneladas dispersas en el área del abanico y cerca de los cauces de los ríos, son un aviso de la energía que puede alcanzar un evento de erosión en un abanico.

Siendo así, todo el terreno de un abanico es una zona muy susceptible a la erosión y a la movilización de los materiales. Situación que se puede dar durante periodos de lluvias intensas como recientemente hemos visto que sucedió al sur del Valle Central, pero también por sismos fuertes o la combinación de los dos eventos (terremoto con suelos muy saturados).

El hecho de que se construya una casa cumpliendo el código sísmico sobre un abanico aluvial no significa que la casa sea completamente segura y resiliente. Aunque la construcción sea sismo resistente, sigue siendo susceptible a ser dañada por una fuerte inundación o en su defecto, un proceso de erosión importante, como un deslizamiento.

Por esta razón, las construcciones desarrolladas sobre los abanicos aluviales se encuentran en condición de riesgo y son susceptibles a ser dañadas por eventos de desastre.

Situación en el Valle Central de Costa Rica: para todos los que vivimos en la Gran Área Metropolitana (GAM) es evidente la cantidad de construcciones que se han desarrollado tanto en las laderas del sur como del norte del Valle Central. Cada vez son más. Con lo cual cada vez se hace más numerosa la cantidad de construcciones que se encuentran en alto y muy alto riesgo a los desastres.

Durante la noche, el paisaje nocturno del pie de monte del sur del Valle Central deja ver la forma de los abanicos aluviales puesta de manifiesto por las luces de las casas y que muestran con claridad la forma de abanico, en lugares como al sur de Desamparados, Alajuelita, Escazú y Santa Ana.

La condición de riesgo de estas construcciones se incrementa por el hecho de que tanto al norte como al sur del Valle Central se presentan extensas fallas geológicas activas capaces de producir fuertes eventos sísmicos locales.

Acciones a desarrollar: la cantidad de construcciones en situación de muy alto riesgo es abundante. Son tantas que los planes de reubicación no podrían ser desarrollados para cubrir la totalidad de las residencias involucradas. De allí que otras medidas son necesarias.

Como hemos indicado, se hace indispensable que las ciudades y los cantones citados cuenten con planes de ordenamiento territorial con la variable ambiental integrada y que, como parte de estos instrumentos, se genere una zonificación de uso del suelo que evite que nuevas construcciones se localicen en zonas de muy alto riesgo.

Para las construcciones existentes, es muy importante realizar toda una gestión de aumento de la resiliencia humana, por medio de educación para convivir con el riesgo y desarrollo de planes de emergencia locales; así como de resiliencia de infraestructura, con reforzamiento estructural cuando sea posible, así como la adquisición de seguros paramétricos contra desastres.

Es indispensable tomar estas y otros medidas, como la Ley de Resiliencia contra desastres que hemos propuesto y explicado previamente (http://www.allan-astorga.com/allan-astorga/2021/7/28/ley-de-resiliencia-contra-desastres), en el menor plazo posible. Ignorar la información técnica que sustenta el análisis de riesgo y no tomar medidas prontas, solo llevará a que las condiciones de riesgo se incrementen y que la población expuesta sea cada vez mayor, con las graves consecuencias que ello podría tener. Tienen la palabra nuestras autoridades.

Fuente de la imagen: https://geolodiaavila.com/2020/03/21/el-abanico-aluvial-de-candeleda-la-huella-de-una-montana-vaciada/

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