costo militar

Los derechos de la vida de la Ecosfera terrestre y los problemas humanos

En medio del actual conflicto OTAN – Rusia y la situación militar en Ucrania, y como si no fuera poco, después de dos largos años de Pandemia mundial por el SARS – COV 2, resulta importante que ubiquemos estos graves problemas humanos dentro de una perspectiva más amplia y que se vincula a los derechos de la vida de la Ecosfera terrestre. Algo muy necesario para tomar conciencia del camino que llevamos como humanidad y como especie relevante en el equilibrio y subsistencia de la vida en nuestro planeta.

Vida de la Ecosfera terrestre: es la totalidad de la biodiversidad que existe, principalmente, en una delgada capa del planeta Tierra que se extiende desde el nivel más inferior del suelo hasta la parte más alta del dosel de los árboles o vegetación que se levanta sobre la superficie del terreno, así como la parte más superior (aproximadamente 200 metros) de todos los océanos. Tiene un grosor máximo de 200 metros, pero en promedio es de 50 metros. Comparado con el grosor del planeta es una capa sumamente delgada, casi imperceptible.

Preferimos usar el concepto de Ecosfera que el de biosfera, en la medida que la primera acepción comprende las interacciones de la capa que contiene la vida con otras capas de la Tierra, como la parte superior de la corteza terrestre que incluye elementos tales como los mantos de aguas subterráneas, la energía geotérmica, las fuentes de actividad volcánica y, sobretodo, los elementos de tectónica que incluyen las fallas geológicas activas y las fuentes de sismicidad. Además, también se incluye la interacción de la biosfera con la atmósfera y las condiciones de clima y tiempo atmosférico.

La vida de la Ecosfera terrestre abarca toda su biodiversidad, es decir, todo el enorme y multiverso conjunto de especies de vegetación, aves, hongos, insectos, arácnidos, organismos unicelulares, microrganismos, mamíferos, anfibios, reptiles, etc. Empero, no solo se trata de los organismos que existen en la actualidad, sino, también, todas las especies que han existido en la historia de la vida en la Tierra y que abarca un periodo enorme de tiempo de cerca de 4 mil millones de años.

La vida de la Ecosfera terrestre, a pesar de ser tan frágil, tiene una enorme resiliencia. Ha soportado al menos seis grandes extensiones masivas. Algunas de ellas han eliminado hasta el 90 % de la vida de la Tierra. Sin embargo, la vida del planeta ha resurgido y aunque algunas especies desaparecieron para siempre, nuevas especies surgieron y poblaron el planeta.

El problema que tenemos que entender los humanos sobre las extinciones, es que la recuperación de la vida en el planeta lleva de cientos de miles o millones de años. Un tiempo muy pero muy extenso que la especie humana no podría sobrevivir. En resumen, de una nueva extinción masiva la especie humana, no podría sobrevivir. Afirmación muy grave, en la medida de que los estudios científicos nos indican que ya estamos dentro de una gran extinción masiva que se inició hace poco más de 200 años.

Derechos de la vida ecosférica terrestre: la vida de la Ecosfera terrestre no existe gracias a los humanos, es todo lo contrario, la especie humana es producto de la evolución de la vida de la Ecosfera terrestre. Siendo así, y dada la enorme complejidad de esa vida y del hecho real de que la vida en el Universo conocido no es común, tanto así que, pese a los esfuerzos de décadas, todavía no ha sido posible de encontrarla ni siquiera como vida fósil, es claro que la vida y la biodiversidad que implica la Ecosfera terrestre tiene un importante e ineludible derecho a existir.

No sobra decir que de esa existencia depende directamente la sobrevivencia de la especie humana, pues es esa vida, tanto en los suelos como en los mares y los bosques, la que nos alimenta y sin ella no podríamos existir como humanidad. También, del hecho concreto de que esa vida se encuentre en equilibrio es que depende nuestro estado de salud. Esto, por cuanto, ecosistemas enfermos y contaminados pueden ser fuentes de graves plagas capaces de dañar la salud de toda la especie humana, como la misma Pandemia por el SARS COV 2 y otras que han existido en el pasado.

Deterioro de la vida de la Ecosfera terrestre: en escritos anteriores (www.allan-astorga.com) hemos presentado extensos argumentos para mostrar la grave situación de deterioro que tiene la vida de la Ecosfera terrestre. Desde el inicio de la era industrial hace aproximadamente 210 años, se inició un proceso depredador creciente de la naturaleza. Esto, la ha llevado a una situación muy crítica, debido al efecto acumulativo y ubicuo de las actividades humanas en todo el mundo.

La gran mayoría de los indicadores de equilibrio de la Ecosfera terrestre se encuentran en estado de peligro y algunos de ellos en la zona de riesgo o muy cerca de ello. El asunto no se trata, como hemos dicho, solo del aumento de la temperatura de la atmósfera por el Cambio Climático, sino por otras muchas cosas más: deterioro y perdida de los suelos, pérdida acelerada de la biodiversidad en bosques y mares, contaminación de las aguas y los acuíferos, sobreexplotación de los océanos, entre otros.

La situación es tan grave y peligrosa para el futuro de la vida de la Ecosfera terrestre y de la humanidad misma, que es comparable con el anuncio de la caída de un meteorito de nivel de extinción como el que eliminó a los dinosaurios y otras especies hace 65 millones de años. La diferencia con esa situación es que en los pocos años que quedan si tenemos posibilidad de actuar y hacer cosas que permitan ralentizar los efectivos y hasta revertir las peores consecuencias. Lo grave es que cada vez tenemos menos tiempo. Los recientes datos nos indican que tenemos menos de una década para hacer algo realmente efectivo.

Paradoja de los costos de salvar el planeta vs los costos militares: En nuestros escritos previos señalamos que el control de las emisiones que se producen por quemado de combustibles fósiles (descarbonización de la economía mundial), no es suficiente para luchar contra solo uno de los indicadores de crisis y desequilibrio de la Ecosfera terrestre. Es importante, pero se ocupa una acción complementaria mucho más efectiva.

Nuestros estudios en ordenamiento y planificación del territorio y potencial de almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) que puede ser capturado de la atmósfera por árboles y suelos tropicales, nos llevan a colegir que se requiere, además de proteger las zonas de bosques ya existentes, desarrollar 250 millones de hectáreas de bosques tropicales nuevos en los próximos 10 años. Esto es vital, no solo para tener una incidencia efectiva en la disminución de CO2 en la atmósfera (cerca del 50 % de las emisiones producidas desde el año 1800), sino también, para estabilizar la extinción masiva de especies y la biodiversidad de la Ecosfera terrestre.

Esa acción estratégica tiene un costo anual de 750 mil millones de dólares, que es aproximadamente un tercio de lo que se gasta en asuntos militares en el mundo. Esto según la página: https://www.sipri.org/research/armament-and-disarmament/arms-and-military-expenditure/military-expenditure. Algo que resulta verdaderamente paradójico, pues con la reciente situación en Europa del Este, Alemania decidió invertir el 2 % del PIB en fortalecer su ejército, lo cual representa una inversión anual de 113 mil millones de dólares.

Es vital cambiar las prioridades: como podemos ver, salvar la vida de la Ecosfera terrestre es posible y viable. Aunque su costo pareciera relativamente alto, desde una perspectiva global es posible realizarlo. Tal solo bastaría reducir los gastos militares actuales a lo que se tenían en el año 2000 e invertir la diferencia en salvar la vida del planeta Tierra. Esto, a modo de ilustración, pues los recursos podrían provenir de fuentes diversas.

Además, como hemos señalado antes, la inversión a realizar en los países tropicales (casi todos del tercer mundo) por regenerar bosques, suelos y ecosistemas, generaría cerca de 250 millones de nuevos empleos, en una nueva “profesión”: los regeneradores de la naturaleza. Empleos que, aliviarían en mucho los problemas de migración que se dan desde muchos de estos países hacia los países del primer mundo en el hemisferio norte.

El problema que tenemos es de tiempo, pues dado que el deterioro de la Ecoesfera terrestre se acelera cada día, se hace indispensable tomar las acciones correctivas lo antes posible. No se trata solo de planear, discutir o negociar. Se requiere de implementar y ejecutar lo antes posible, en cada municipio tropical del mundo. Solo así podremos empezar a revertir el enorme daño que hemos generado, como humanidad, durante los últimos 210 años a nuestro planeta.