Coronavirus

Opinión: Vacunas contra el SARS COV 2 y la desigualdad humana

Para casi todos es conocida la forma en que se han desarrollo las diferentes vacunas que han surgido para atender la situación de la Pandemia provocada por el SARS COV 2. Los países ricos, dado su claro poder económico y tecnológico, se han convertido en la prioridad para el uso de la vacuna y la inmunización de su población. Es muy probable, que, salvo algunas excepciones, la mayoría de los países localizados en el hemisferio norte ya para el verano del 2021 o hacia finales del año, alcancen su inmunidad de rebaño. Mientras tanto, en el resto del mundo, conformado por los países pobres, también con algunas excepciones, la crisis de salud se mantendrá y pasará al año 2022, o más, debido a la tardanza en la aplicación de las vacunas, en razón de limitada capacidad económica y tecnológica.

Nuevamente se pone de manifiesto la desigualdad humana que caracteriza nuestra realidad mundial actual. Algunos pueden decir que es egoísmo, falta de solidaridad o simplemente la aplicación del principio de supervivencia. Otros podrían decir que es simplemente un asunto de éxito, de capacidad productiva y perseverancia humana por parte de los países ricos que hoy tienen ese privilegio. Pueden esbozarse cientos de explicaciones de ambos lados de la realidad, más, sin embargo, el hecho es real: existe una clara y evidente desigualdad humana.

Crisis ecosférica: esto que sucede con las vacunas podemos usarlo de referencia como un precursor de lo que puede suceder en el futuro, con un tema diferente: la Crisis Ecosférica. Como parte de esta crisis, se incluye, en primer lugar, el Cambio Climático y sus efectos. Empero, también se incluyen otra serie de factores ambientales independientes del tema climático y que encuentran explicación en el exponencial crecimiento de la población humana y, en particular, por las tasas de consumismo intensamente alto de los países más ricos, que supera en mucho, la capacidad del planeta entero.

Como hemos señalado, la Ecosfera terrestre cubre esa delgada capa planetaria donde se alberga la vida y que cubre la biosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la parte más superior de la corteza terrestre y sus interacciones. Es una delgada capa donde se originó la vida hace casi 4 mil millones de años y que ha sobrevivido a varias grandes extinciones masivas. En la última de ellas nos encontramos y ha sido originada por la humanidad (durante el denominado Antropoceno).

La Ecosfera terrestre es frágil, pero también muy resiliente y la vida siempre ha logrado seguir adelante. El problema para la humanidad es que esa recuperación se da en miles o cientos de miles de años. Algo que supera por mucho los tiempos humanos.

Los daños a la Ecosfera terrestre son muy evidentes: se han degradado casi dos tercios de los suelos fértiles del mundo, nuestra principal fuente de alimento; los bosques tropicales se han reducido a la mitad y siguen reduciéndose aceleradamente, los bosques boreales también se están perdiendo por la contaminación, la biodiversidad se ha reducido a casi un tercio en los últimos 40 años, los océanos están sobreexplotados y contaminados y están reduciendo notablemente su potencial para producir alimentos. Además, los efectos del Cambio Climático catalizan estos efectos cada vez más.

Aunque la situación actual nos da la impresión de que no está “tan mal”, la verdad es que nos encontramos en un estado crítico de daño a la vida de la Ecosfera terrestre y muy cerca de un umbral crítico que establece el denominado punto de no retorno.

Punto de no retorno: en términos sencillos este punto, o límite temporal, representa el momento en que la resiliencia y la capacidad de recuperación de la vida de la Ecosfera terrestre y de sus diferentes factores (biodiversidad, suelos fértiles, aguas limpias, océanos sanos, bosques tropicales y boreales sanos, calidad del aire, y en general, las fuentes de los recursos para sustentar la economía y el desarrollo de la población humana) perderán la capacidad para sostener los crecientes requerimientos de la humanidad.

Cada factor tiene su limite de no retorno, empero cada vez hay más coincidencia, en la comunidad científica, de que al ritmo en que seguimos extrayendo y explotamos los recursos de la Ecosfera terrestre, dicho limite se encuentra cercano al año 2030. Por eso, resulta paradójico que, en tema de Cambio Climático, se hayan establecido límites de descarbonización para todo el siglo XXI, con metas hasta el 2,100 (cuando ya los recursos de combustibles fósiles se hayan agotado por completo…).

Decimos que es paradójico, pues si dichos limites no se hubieran limitado solamente al tema climático, sino a la Crisis Ecosférica, es claro que los mismos debieron haberse programado con una línea de tiempo muy, pero muy diferente. Incluso, haber dado esas expectativas a la población mundial y presentar el Cambio Climático como el principal (y casi único) problema global es posiblemente uno de los mayores errores que se han cometido en los últimos años, en el campo internacional.

Desigualdad humana y crisis ecosférica: de no empezar a realizar acciones correctivas rápidas de alcance global, pero de aplicación local, los efectos de la crisis ecosférica, junto con los del Cambio Climático, seguirán su avance hacia los puntos de no retorno para sus diferentes factores y hacia un punto de no retorno global. La economía global depende de que no se llegue a este punto de inflexión.

Se trata de la materialización del denominado efecto exponencial, conocido desde hace mucho y el cual, parece que nuestros economistas y planificadores parecen ignorar o simplemente obviar como una realidad “lejana” que les tocará a otros resolver. Algo que por los tiempos en que nos encontramos, también es un enorme y gravísimo error de visión estratégica y práctica.

Si nos apegamos a las tendencias mundiales del deterioro de los factores ambientales en medio de las Crisis Ecosférica, los primeros países que van a ser afectados por sus consecuencias, serán, nuevamente, los países más pobres. Los países ricos, aunque posiblemente tengan la mayor cuota de responsabilidad en dicha crisis ecosférica, por su nivel de consumo, posiblemente serán los más resilientes y podrán mitigar o ralentizar de alguna forma los primeros graves y dañinos efectos.

En esta perspectiva de crisis futura, como la Pandemia, lo que ha sucedido con las vacunas es un claro precursor. Los países ricos se colocarán como la prioridad en el plan de supervivencia, por encima de los países pobres. Y precisamente por eso, es que urge tomar acciones desde ya, para evitar alcanzar una situación de ese tipo, cuyas consecuencias podrían llegar a ser muchas veces más graves y devastadoras que la actual Pandemia por SARS COV 2.
Acciones efectivas y mitigativas: a pesar del avance en el deterioro del estado de salud de la vida de la Ecosfera Terrestre, todavía es posible iniciar la aplicación de acciones correctivas efectivas encaminadas a la ralentización del punto de no retorno, incluyendo el del Cambio Climático.

Se requieren acciones locales y sistemáticas, pero de alcance global. No se trata solamente de tomar acuerdos mundiales y fijar lineamientos. Ya tenemos tres alertas mundiales de la ONU, sin que se noten cambios. Eso no es suficiente. Los daños a la Ecosfera se han dado de forma puntual, a escala detallada y de forma acumulativa por más de dos siglos, de allí que, la reparación de esos daños y la mejora de la salud ambiental también se tiene que dar de esa misma forma, pero acelerada.

Los medios tecnológicos existentes permiten que sea posible iniciar esta tarea lo antes posible y con efectos de alcance global. No obstante, la primera gran tarea todavía falta por lograrse: tomar conciencia clara de lo que hay que hacer y de como hacerlo. En esto, las nuevas generaciones de este siglo juegan un papel fundamental para evitar las graves consecuencias de la Crisis Ecosférica. Todos podemos incidir en la solución y en evitar que lleguemos a puntos críticos. Es nuestra responsabilidad.

Pandemia por Sars-cov 2: observaciones lógicas

Aclaro que no soy médico, sin embargo, soy científico y, por tanto, tengo la experiencia de aplicar el método científico y, por ello he querido presentar algunas observaciones lógicas al tema de la Pandemia por el Sars – Cov 2 que nos ha afectado, prácticamente, durante todo los más de 10 meses que llevamos del año 2020. También, deseo recalcar que toda vida es importante y valiosa y, claro está, todo deceso es lamentable, en particular, para sus familiares.

Pandemia: llama mucho la atención que, aparentemente, en el año 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) modificó la definición de Pandemia. Le eliminó el concepto de una mortalidad significativamente alta y la dejó centrada en una enfermedad de rápida transmisión en varios países.

Al suprimirse ese concepto, se eliminó el elemento que conducía a definir la Pandemia sobre una base numérica y no solo por el hecho de que tuviera una rápida propagación. Y sobre este dato de los números, vale la pena ver algunos que se presentan en la página de “Worldometer” que lleva al pulso de los principales indicadores del mundo.

Números del mundo: para el momento en que redacto este escrito (23.10.2020: 6:58 pm), la población mundial es de 7,820,577,665 personas, es decir, más de 7,820 millones. Los nacimientos durante este año alcanzan la cifra de 113,909,050 (más de 113 millones).

Las muertes totales suman 47,821,793 (más de 47 millones) durante este año 2020. La cantidad de muertes por infecciones (sin considerar la Covid – 19) alcanza 10,554,715 (más de 10,5 millones). Las muertes de niños menores de cinco años son de 6,180,000 (más de 6 millones). Los abortos superan los 34 millones (34,604,579) solo durante este año. Las muertes durante este año, producidas por infecciones de HIV/SIDA alcanza 1,366,785 (más de 1,3 millones). Otros datos del 2020: muertes causadas por fumado: 4,064,459; muertes causadas por consumo de alcohol: 2,033,513; suicidios: 871,873 y muertes por accidentes de tránsito: 1,097,535.

Coronavirus: para el mismo momento de los datos previos y de la misma fuente, la cantidad de casos por Sars-cov 2 en el mundo, durante este año, es de 42,461,687. El total de decesos es de 1,148,694 y la cantidad de recuperados es de 31,417,538, existiendo un total de 9,896,816 casos activos.

Si se asocian los datos globales del Coronavirus con respecto a los datos de población mundial, se encuentran datos interesantes. En lo que respecta a la población mundial, el porcentaje de personas infectadas es de 0,005 % en aproximadamente 10 meses de propagación del virus en casi todos los países. Por su parte, la cantidad de decesos, respecto a la población mundial es de 0,0001 %, mientras que el total de muertes, respecto al registro de personas infectadas es de 0,027 %, es decir que de cada 350 personas que se contagian del Covid -19, muere una persona, aproximadamente.

Ante este dato, y las consecuencias en la salud mental de la población de muchos países y en la mayoría de las economías de los países, en particular los menos desarrollados, cabe hacerse el cuestionamiento científico si las medidas establecidas han sido correctamente proporcionales, en particular si se comparan con los decesos que se producen por otras causas en todo el mundo.

Un elemento que podría servir para construir una respuesta a esa interrogante es la observación de la curva acumulativa del crecimiento de infectados y decesos por Covid – 19. Los datos de la fuente citada muestran que el crecimiento es lineal desde principios del mes de abril, por lo que su crecimiento no ha sido exponencial, algo que pareciera que debería ser el principal criterio para definir la Pandemia.

Grado de certidumbre: como es conocido, existen algunos elementos adicionales que hacen concluir que el grado de certidumbre de los datos aquí analizados son relativamente bajos. Uno de esos elementos tiene que ver con el hecho de que no se conoce con precisión el total de casos de personas que han sido infectados por el Covid 19. Esto, por cuanto los datos de contagios parten, principalmente, de los resultados de los positivos de las pruebas realizadas. Los estudios efectuados en países como España, dan indicios de que la cantidad total de personas infectadas puede ser hasta 5 veces más que el dato de personas infectadas con pruebas positivas, con lo cual el porcentaje de decesos puede ser mucho menor que el indicado (podría ser hasta un deceso por cada 1,000 o 1,500 contagiados).

Otro elemento de incertidumbre tiene que ver con el hecho de que los decesos atribuidos al Covid-19 no serían corroborados al 100 % por medio de una autopsia u otros mecanismos de verificación. La carencia de este dato, de forma precisa, hace que exista la duda de si el total de decesos corresponde a este Coronavirus o es más bien menor.

Casos por países: el análisis individual de los diferentes países deja ver notables diferencias entre ellos. Si se utiliza como el indicador comparativo de porcentaje de decesos respecto al número de afectados, para 12 países de muestra se tienen los siguientes datos: República Dominicana: 0,018; Guatemala: 0,035; Costa Rica: 0,012; Panamá: 0,021; USA: 0,026; India: 0,015; España: 0,037; Italia: 0,076; Alemania: 0,024; Uruguay: 0,019 y Taiwán: 0,013. Como indicamos para el mundo entero es de 0,029. Es importante recalcar que las tendencias de porcentajes de decesos respecto a la cantidad de infectados muestran con el tiempo, una tendencia a disminuir.

La diferencia entre los diferentes países parece estar relacionada con un triada vinculada a los siguientes factores: a) E/Rp: Educación y Responsabilidad de la Población, b) Cr-SS: Capacidad de respuesta de los sistemas de salud y, c) R/Vp: Resiliencia y vulnerabilidad de la población.

La forma en cada país ha manejado esta triada ha determinado no solo los resultados del número de infectados y de decesos, sino también los efectos económicos que ha tenido en el país y en su población. Así, los países que apostaron por la Educación y la Responsabilidad de la Población, como Uruguay y Taiwán, no tuvieron efectos severos en la economía y han tenido resultados muy positivos respecto los indicadores clave. Por su parte, países que apostaron por un confinamiento severo de la población, como España e Italia no han tenido resultados tan positivos como lo que apostaron por la Educación y la Responsabilidad de Población. Aclaro que es una observación general y que abre una gran gama de temas que discutir. No obstante, no deja de llamar la atención hacer dicha observación después de 10 meses de toda esta situación.

Enseñanzas: después de 10 meses y a fin de estar más preparados para el futuro, da la impresión que se hace necesario definir con mayor precisión el concepto de Pandemia. Por otro lado, es claro que el trabajo con la Educación y la Responsabilidad de la Población resulta un elemento muy importante en el tema de que los efectos económicos y otras consecuencias directas e indirectas no sean tan severas. Otra enseñanza importante es que las medidas más efectivas, como el uso de las mascarillas y el desarrollo de actividades en espacios abiertos o bien ventilados parece ser la clave para controlar el contagio. Medidas que en algunos países se tomaron muchos meses después de que se recomendaron, particularmente por China, donde aparecieron los primeros casos.

La forma en que las autoridades de gobierno de muchos países y la gran mayoría de los medios de comunicación han atendido el tema ha carecido de un orden sistemático. Prácticamente se ha actuado como en una situación de pánico y terror, lo cual es lo menos recomendable. Hemos sido testigos de muchas contradicciones e incluso medidas que no tienen mucha lógica, como, por ejemplo, en Costa Rica donde se ha permitido que se abran los bares y casinos, mientras que los parques públicos siguen cerrados.

Existe mucho que revisar sobre todo lo actuado para evitar que una situación similar se repita en el futuro. Por ahora, la gran enseñanza que, en muchos casos, de forma muy dolorosa, se ha aprendido es que este tipo de situación puede ser maneja usando como eje estratégico la educación y la responsabilidad de la población. Es el principal fundamento para poder convivir y gestionar cualquier tipo de riesgo. Una enseñanza que jamás deberíamos olvidar.

Publicación Original: Noviembre 1, 2020 4:32 am