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Alternativas a la nueva refinería

Dado el hecho que la decisión estratégica sobre la nueva refinería es impuesta por las autoridades de gobierno, sin llevarla a una verdadera discusión social, y con la única intención de aportar desde la perspectiva ambiental, se hace necesario plantear algunas alternativas que existen para avanzar en la disminución de la dependencia a los hidrocarburos que tiene nuestro país, y que alcanza una factura cercana a los $ 2.000 millones por año.

Biodiesel: el mayor porcentaje de esa factura se paga en el diesel que consume el parque automotor, principalmente el del transporte (camiones y buses). La acción inmediata debe ser entonces promover un reglamento que norme, incentive y regule la producción nacional y el consumo del biodiesel en sustitución gradual de diesel convencional. 

La premisa fundamental a cumplir es que la producción de biodiesel no compita con la producción agroalimentaria. El decreto debe contemplar la creación de una certificación de sostenibilidad que demuestre que los terrenos utilizados no se ocupaban en agricultura para producción de alimentos.

La evaluación de impacto ambiental (EIA) de muchos proyectos que utilizan transporte que quema diesel debe incluir un compromiso de utilizar biodiesel como medida compensatoria ambiental.

Transporte: siendo la realidad que el mayor consumidor de hidrocarburos importados lo representa el transporte, es claro que las medidas alternativas deben partir de una estrategia integral que disminuya de forma gradual, pero acelerada, esa situación.

Tomando en cuenta que la mitad de la población se concentra en la Gran Área Metropolitana (GAM), que padece desde hace mucho una “arterioesclerosis vial”, el primer gran paso es desarrollar un plan de descongestión vial con el uso de viaductos. No es posible que las principales carreteras terminen “chocando” contra los cuadrantes urbanos. No es posible que un autobús deba quemar diesel durante 10 o 15 minutos, mientras realiza un desplazamiento de tan solo una cuadra para salir de la congestión josefina en la que está inmersa su parada.

La aceleración del proyecto de un tren eléctrico interurbano, de doble vía, que represente una verdadera y eficiente alternativa del transporte público para los usuarios. La exoneración de impuestos para los vehículos eléctricos e híbridos, así como la sustitución de las unidades de autobuses por modernos autobuses que no quemen hidrocarburos (eléctricos, a base de gas natural u otras alternativas), mientras que los autobuses convencionales quemen gradualmente más biodiesel y menos diesel convencional.

Ahorro: en materia energética hay muchas acciones que es posible realizar. Desde la incentivación de la producción de energía solar, desde escalas caseras hasta grandes proyectos, en particular, en regiones del país con varias horas sol al día, es algo que se puede hacer desde ya. 

Incentivar con precios de energía más bajos para aquellas industrias, particularmente las grandes consumidoras, que favorezcan turnos de trabajo en horarios nocturnos, cuando el consumo de energía disminuye.

Incentivar por medio de la baja de precios los sistemas de iluminación y de aparatos electrodomésticos que ahorren energía eléctrica. Fortalecer las campañas de ahorro dentro de un marco de un esfuerzo conjunto, con la meta de la carbono neutralidad, y no solo promoviendo el esfuerzo de unos pocos.

Gas natural: se debe ampliar de forma sustancial la capacidad del país para almacenar hidrocarburos de forma tal que no afecte zonas vulnerables. Es posible ubicar sitios recomendables para este tipo de almacenaje. 

Se debe acelerar el cambio de las plantas térmicas que deben operar durante la época seca, para que quemen gas natural y no búnquer o diesel. Se debe establecer un sistema más eficiente y seguro de distribución del gas y promover su sustitución, por parte de muchas empresas, para que dejen de quemar hidrocarburos derivados del petróleo. Todavía está sobre la palestra la creación del Servicio Geológico de Costa Rica, para que sea una entidad nacional la que realice las investigaciones sobre el potencial de gas natural en el país.

Energías renovables: el país tiene todavía mucho potencial, pero requiere de una eficiente y efectiva planificación, ajustada a las proyecciones sobre los efectos del cambio climático en las próximas décadas. Esas proyecciones nos dicen que va a llover más en la vertiente Caribe y menos en la Pacífica. Siendo así, el desarrollo de hidroeléctricas debe programarse con esta base y con un eficiente fundamento de ordenamiento territorial, y criterios de manejo integral de las cuencas hidrográficas, para que estas no se dañen por un desarrollo caótico y rapiñero de este tipo de proyectos.

La geotermia fuera de los parques nacionales, así como la geotermia de baja entalpía deben ser impulsadas. Así como el desarrollo de proyectos eólicos y solares, particularmente en los territorios del sector del Pacífico. Aquí nos falta un plan estratégico y una decisión social equilibrada sobre el plan a ejecutar.

Un efecto altamente positivo de que esos más de $ 2000 millones que salen del país anualmente por compra de derivados del petróleo se queden dentro del país, es que permitirían aumentar las inversiones en esa materia y, por tanto, aumentar el empleo derivado del tema de energía.  Algo que suple uno de los principales argumentos esbozados por Recope para defender la nueva refinería.

Dentro de este marco -impulsado por una serie de decretos ejecutivos bien respaldados con acciones concretas por medio de la administración pública- se podría acelerar el objetivo de disminuir a corto, mediano y largo plazo, la factura petrolera del país, y de esa manera avanzar hacia el objetivo de la carbono neutralidad.

Lo aquí señalado es un aporte al que se deben unir otros muchos, para discutir dentro de un proceso realmente participativo y de decisión, como lo que hemos estado señalando desde hace tiempo, dentro de la Evaluación Ambiental Estratégica del Plan Nacional de Energía del país. De forma tal que sea la sociedad la que tome las decisiones claves, y que estas no le sean impuestas por un grupo de políticos de turno, cuyos intereses no quedan del todo claros, y que toman decisiones que terminan en desgastantes ocurrencias llevadas ante los tribunales de justicia.