PRUGAM y Paz con la Naturaleza

Colaboración con Dr. Pedro León Azofeifa, Coordinador IPN.

El Plan Regional Urbano de la Gran Área Metropolitana (PRUGAM) cubre un área de poco más de 1.750 kilómetros cuadrados y representa el 4% del territorio continental del país. Aquí vivimos y desarrollamos actividades poco más del 60% de la población del país. Este pequeño territorio, compuesto por un abanico de 31 cantones, se localiza en el Valle Central y abarca las partes superiores de las cuencas de los ríos Virilla, Grande de Tárcoles y Reventazón. Cumpliendo la Ley de Planificación Urbana y respetando la legislación ambiental vigente, el Ministerio de Vivienda y Asentamiento Humanos, en coordinación con otras instituciones públicas y privadas del país, y gracias también a la ayuda financiera de la Unión Europea, implementó el PRUGAM durante aproximadamente 5 años. Su objetivo: elaborar el Plan de Ordenamiento Territorial, Urbano y Rural de la GAM para el período 2009-2030.

Desde el punto de vista técnico y ambiental el cumplimiento de ese objetivo ha representado un gran reto. Dentro del territorio de la GAM efervecen diversas actividades humanas, en un ámbito ambiental de significativa sensibilidad. Dentro de la GAM se encuentran la urbes de San José, Alajuela, Heredia y Cartago, unidas por las crecientes ciudades de las cabeceras de cantón, que prácticamente han conformado una metrópoli, y ello implica los problemas como saturación vehicular y vial, contaminación del aire, el insidioso problema del manejo de los residuos, la contaminación de los ríos y de los ricos acuíferos subterráneos, entre otros.

También, dentro de la GAM se ubican una gran parte de las actividades industriales del país, así como las líneas vitales de energía, agua, telecomunicaciones e hidrocarburos que unen las dos costas (puertos principales) y sirven de motor al desarrollo del país. En la GAM, además se presentan importantes actividades agrícolas y agroindustriales. Destacan los cultivos de café, caña, hortalizas, cebolla, papas, fresas, y plantas ornamentales. En las partes altas de la GAM, tanto en el Cordillera Volcánica Central, como en la Precordillera de Talamanca y los Cerros de la Carpintera, se presentan áreas boscosas adscritas al sistema de áreas protegidas del país. Estos terrenos, que representan los pulmones de la GAM, son de gran valor estratégico, no solo por su importancia biológica y paisajística, sino también porque representan valiosísimas áreas de recarga acuífera, en particular las localizadas en las laderas de los volcanes. El Valle Central representa un territorio de geología muy activa y, por tanto, la gestión del riesgo para prevenir y atender los efectos de los peligros naturales como deslizamientos, erupciones volcánicas, terremotos por fallas activas y otros fenómenos, resulta una acción prioritaria y, además, una parte intrínseca de la realidad con que debemos vivir los habitantes de la GAM.

Reto del ordenamiento territorial. Tomando en cuenta lo anterior, el reto de planificar el desarrollo urbano futuro de la GAM, con un horizonte mínimo del 2030, y en que se logre equilibrar el respeto por el ambiente y la naturaleza en general, con el crecimiento económico y social de esta medular región del país, resulta efectivamente en uno de los retos más importantes que ha enfrentado el país durante las últimas décadas. El PRUGAM lo ha logrado con gran acierto, aunque, como toda obra humana, puede ser objeto de mejoramiento.

Algunos de los principales logros técnicos y ambientales obtenidos por el PRUGAM: a) modernización de la cartografía temática en geología, geomorfología, hidrogeología y amenazas naturales, de gran valor para la elaboración de los planes reguladores cantonales y además para contribuir a mejorar la gestión de riesgo; b) identificación de las zonas más vulnerables dentro de la GAM desde el punto de vista de riesgo geológico (deslizamientos, vulcanismo, fallas geológicas, inundaciones); c) identificación y delimitación de las áreas de recarga acuífera de la GAM; d) mejoramiento del detalle de los mapas de capacidad de uso de la tierra; e) identificación detallada de las áreas de cobertura boscosa, las áreas protegidas y áreas de conectividad y de corredores biológicos; f) identificación de las zonas de sensibilidad ambiental dentro de la GAM, y de las limitantes técnicas que deben ser consideradas en el planeamiento del desarrollo de actividades humanas; g) la identificación de las zonas más importantes para la extensión urbana de la ciudad; h) la identificación de las zonas ambientalmente degradadas de la GAM y las medidas correctivas para su mejoramiento; i) la delimitación de las zonas de desarrollo agrícola y los medidas ambientales que deben incorporar para mejorar su condición de equilibrio ambiental, j) las áreas de protección ambiental y los lineamientos para condicionar cualquier desarrollo humano que pueda darse dentro de las mismas, y k) un nuevo concepto de Ciudad Sostenible, en la que se han considerado lineamientos para mejorar su viabilidad y transporte, su ordenamiento, el mejoramiento de su calidad ambiental y paisajística y también su calidad social, como ciudad equilibrada y agradable para sus ciudadanos.

Modelo bien sustentado. A lo anterior se suma la existencia de un procedimiento técnico que establece los lineamientos para solicitar ajustes y mejoras al Plan GAM y a los planes reguladores que se circunscriben al mismo, a partir de un mejoramiento en la escala de los estudios técnicos. Adicionalmente, con la aprobación del Plan GAM, se establecen mecanismos de simplificación de los trámites ambientales ante la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, en particular para los proyectos de bajo y moderado impacto.

Se completa así un sistema de planificación regional bien sustentado técnicamente y con respeto a los principales criterios ambientales. Modelo que resulta útil de aplicar para el resto del país. El reto pasa ahora a los habitantes de la GAM, para luchar por su aprobación y para vigilar su debido y correcto cumplimiento.