luis guillermo solís

Balance ambiental de la administración Solís Rivera

Con la finalización de la administración de gobierno de presidente Luis Guillermo Solís, se hace necesario, realizar un balance sobre la gestión ambiental realizada. A modo de síntesis, desafortunadamente para todos los habitantes del país, el resultado no es nada positivo, todo lo contrario, como en el caso de las dos administraciones precedentes, el resultado es similar: un gran desperdicio de tiempo que se traduce en estancamiento y en retroceso. Algo que, desde la perspectiva de la situación ambiental a nivel mundial, resulta un lujo que es absolutamente ilógico e inconsistente para un país que se vende al mundo como un líder en la protección del ambiente. Veamos los resultados:

Debilitamiento de la institucionalidad ambiental: con el inicio de la administración se dió el primer gran fallo que se traduce en la pérdida de credibilidad en la institucionalidad ambiental. Ello en razón de la aprobación, “a golpe de tambor” de la Viabilidad Ambiental a la Terminal de Contenedores de Moín. Y que quede claro, no se trataba, como hemos mencionado reiteradamente, de que no se diera la modernización portuaria en Moín. Lo malo aquí es que se otorgó la aprobación por parte de la Comisión Plenaria de la SETENA, en contra de la misma posición de su Unidad Técnica, en un sitio no apto (con un suelo que no es rocoso), lo cual, a la larga ha significado un atraso de más de un año para la inauguración de la Terminal y con un costo económico muy alto (sobre el que no se sabe mucho y que nadie ha buscado cuantificar).  Con el factor negativo adicional, que es la interrogante de la “vida útil” de la Terminal que debería ser de hasta 50 años. 

Ridículo ambiental: vinculado al tema de esa Terminal, se suma un asunto heredado por esta administración y terminado de complicar. El camino de acceso, la denominada Ruta 257. Contra toda lógica, se ordenó la construcción de esa ruta de acceso, a ras de suelo a fin de facilitar el inicio de la Terminal. Ruta de acceso de 20 metros de ancho que atravesó áreas de humedal, y que rápidamente de consolidó como un camino de ingreso y salida a la Terminal, sin pifia de conexión a la misma. Pero no bastando esto, se desarrolló, por encima de la calle ya existente, un viaducto que termina costando cerca de $ 80 millones y que era totalmente innecesario, pues ya el acceso, ya existía. El principal argumento para la construcción de un viaducto de tal precio: “proteger el humedal”, algo absolutamente ridículo, si  se toma en cuenta que el daño ya estaba hecho.

Frustrada y costosa refinería: Otro tema que también se heredó de la administración anterior, pero que, durante los dos primeros años, se mantuvo, significando un muy serio gasto, fue la tristemente célebre Refinería china en Moín. Muchos viajes se hicieron a China, millones de dólares se han gastado (se estima que cerca de 50) y todo para que al final, se diga que se desista y bueno, como sin “nada hubiera pasado”. Millones de dólares que a todos los costarricenses nos ha tocado pagar y nos tocará pagar aún, por simples decisiones estratégicas (políticas) desacertadas. El denominado lema de campaña "Con Costa Rica no se juega" fue, en materia ambiental, un simple lema y nada más que eso: se siguió jugando con millones de dólares que ahora todos deberemos de pagar. 

Plan GAM: En el tema protección del ambiente, hemos señalado que un país como Costa Rica, requiere, con suma urgencia, acelerar el tema del Ordenamiento Ambiental del Territorio. Es decir, agilizar la existencia de planes reguladores o planes de ordenamiento territorial, cantonales y costeros en todo nuestro país. La administración Solís, en este tema, perdió un tiempo muy valioso y continuó el verdadero desastre que le heredó la administración Chinchilla. Algo que la historia le cobrará por su enorme falta de visión. Primero que todo, la Administración Chinchilla le hereda un Plan GAM 2013, que con el debido tiempo advertimos a Casa Presidencial, que se trataba de un POTGAM “vestido de oveja”, es decir, que era un engaño y que no se trataba de un PRUGAM modernizado. Insistimos que debería anularse el Reglamento publicado en abril del 2014 y volver a la versión original firmado por la Presidente Chinchilla en enero del 2014. Nada funcionó, a pesar de que dimos las pruebas del caso. Finalmente tuvimos que presentar nuestros argumentos a la Sala Constitucional, la cual las acogió y suspendió la aplicación de ese Plan Regional de la GAM, generando así más atraso, en el ordenamiento urbano de la GAM, nuevamente, por falta de visión política. Mientras tanto, la GAM sigue padeciendo de una severa arteriosclerosis vehicular que convierte en una verdadera odisea atravesar la Ciudad, ya no solo en horas pico, sino a todas horas. Se estima que se pierden cerca de $ 1500 millones por año, solo en presas y tiempo “laboral” o familiar, perdido. Cada día entran 150 vehículos nuevos, sin que se incremente las carreteras. Los habitantes de la GAM y de las ciudades intermedias (San Isidro, Ciudad Quesada, Liberia, Limón, Puntarenas, Turrialba), poco a poco, vamos descubriendo que el trasfondo de las presas, es la falta de planificación y la desidia de nuestros gobernantes. Un estudio debería de darnos el dato de cuánto representa en porcentaje del PIB de este costo que todos pagamos, más en estos tiempos que corren.

Planes reguladores: pero el asunto no se queda allí, resulta que la SETENA, entre finales del 2009 y el 2016, rechazó y archivó 80 informes ambientales de planes reguladores de 50 cantones. Eso significa el 76 % de los informes presentados, algo que, si lo hiciera en materia de EIA, habría provocado un desastre en el país, pues lo hubiera paralizado. No obstante, al tratarse de un tema de municipalidades y planes reguladores, parece no haberle importado a casi nadie, sin medir el enorme daño que se le estaba haciendo al desarrollo sostenible del país. Más pérdida de tiempo y falta de visión. Pero hay más, en septiembre del 2015 se publica un Decreto para, dizque, agilizar el trámite de los planes reguladores, pero resultó un nuevo “confite envenenado”.

Dentro del decreto, venía la línea de anular y sustituir el Decreto 32967 – MINAE del año 2006 con el que se dio Viabilidad Ambiental del PRUGAM y a otros 17 cantones, sin que se diera la justificación técnica real de eso. Pero, además, el mismo decreto establecía que el MIVAH (como “rector” a cargo, gracias a que el MINAE no asumió esa responsabilidad), junto con otros ministerios e instituciones, podría ordenarle a la SETENA y el INVU, el orden en que se deberían revisar y “aprobar” los planes reguladores. Y sorpresa, la primera lista comunicada por un oficio, firmado por todos los ministros relacionados, le dice que atienda, con prioridad un grupo importante de planes reguladores realizado por ProDUS UCR que, por casualidad, fueron coordinados por el señor Rosendo Pujol, el mismo flamante ministro del MIVAH.  No vamos a llamar esto "legislar en beneficio propio", pero se trata de algo muy cercano, y sobre lo cual nos deben dar respuesta el Ministerio Público y la Procuraduría de la Ética.

Status quo de desplanificación urbana: pero todo esto, no parece casual. Es claro que esta administración, contrario a la búsqueda de soluciones en el tema ambiental a uno de los mayores problemas que tiene el país, referente al uso del suelo en nuestro territorio, más bien, acentuó el “status quo” vigente desde hace muchos años y que, claramente, beneficia, a una serie de sectores económicos privilegiados. Una prueba irrefutable de ello, fue que el INVU, durante los primeros 18 meses de esta administración, trabajó con una nueva propuesta de reglamentos clave en el tema del uso del suelo, como son: a) Reglamento para el control nacional de fraccionamiento y urbanizaciones y b) Reglamento de Construcciones. Lo sorprendente, fue que prácticamente el mismo día en que dichos reglamentos son puestos en consulta pública, sale de Casa Presidencial, un correo electrónico, ordenando que se saquen de consulta, y así, un esfuerzo de casi año y medio, por mejorar y modernizar esos reglamentos fundamentales, son sacados de circulación y enviados al olvido. Hoy, al final de la administración, seguimos igual, el “status quo” se mantiene, y la desplanificación urbana sigue agravándose. Para un Gobierno de supuesta "Acción Ciudadana", no cabe duda que la se percibe misma opacidad de las administraciones 2006-2010 y 2010-2014.

Sin planificación estratégica: en materia de Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) y Planificación Estratégica, durante varias misivas al Ministro de Ambiente Edgar Gutierrez, le solicitamos, que emitiera el reglamento que normara la EAE, a fin de que las políticas, planes y programas, más estratégicos del país, se pudieran realizar por ese instrumento que tiene como base, los principios de Transparencia, Participación e Información. Fuimos ignorados, y sobre esa base se generaron nuevos planes y políticas como las que versan sobre Energía, Humedales, Reciclado y otras muchas, proyectadas al 2030, pero sin cumplir con las reglas básicas que establecen los estándares internacionales modernos. Más pérdida de tiempo y recursos, que no muestran otra cosa que una miope visión política en materia ambiental. Finalmente, tuvimos que recurrir a la Contraloría General de la República, la cual le ordenó al Poder Ejecutivo que normara la EAE para políticas, planes y programas y la pusiera en práctica para este año 2018. Esperamos, sinceramente, que la nueva administración trabaje en esa línea y desarrolle de verdad, una Planificación Estratégica del país, con un mejor sentido de transparencia, participación e información.

Áreas Silvestres des-Protegidas: en tema de áreas silvestres protegidas, la Administración Solís Rivera, no puede ser calificada como positiva, todo lo contrario, más bien ha representado una muy seria amenaza. Aunque en materia de explotación geotérmica en parques nacionales, estableció una moratoria hasta el año 2021, en la práctica, el mismo partido de gobierno (PAC) y el mismo gobierno, actuaron en una dirección diferente. Se propusieron ante la Asamblea de Legislativa una serie de proyectos de ley y decretos ejecutivos, muy peligrosos a) ley para extraer energía geotérmica en tres parques nacionales de Guanacaste, (Expediente 19.233) b) ley para modificar la ley de caminos públicos (Expediente 19.899), para permitir hacer carreteras atravesando áreas silvestres protegidas, so pretexto de que allí es más fácil, ya que “no hay que expropiar terrenos”, c) ley que promueve la extracción de recursos hídricos de las áreas protegidas (Expediente 20.447) y, d) el decreto para construir carreteras atravesando humedales (Decreto Ejecutivo 39838 –MINAE) . Decreto que, nuevamente tuvimos que impugnar ante la Sala Constitucional, pues resultaría altamente dañino a los sistemas de humedal que son altamente valiosos ecológicamente y que, durante los últimos 40 años, se han reducido en un 40 % en todo el mundo. Nueva muestra de falta de visión ambiental. Así luchamos contra el Cambio Climático, sacrificando ecosistemas.

A esto se suma el hecho de que los Parques Nacionales y, en general, las áreas silvestres protegidas, se han descuidado. Se ha aumentado la burocracia y se ha disminuido el personal de campo (guardaparques). Las áreas silvestres, son afectadas por incendios forestales, cacería ilegal, extracción minera ilegal (como en Osa) y hasta por las actividades del narcotráfico. Se tuvo que presentar un Recurso de Amparo ante la Sala Constitucional para que esta entidad le ordenara al Estado, que le diera más recursos al SINAC para proteger las áreas silvestres protegidas. Áreas silvestres, cuya biodiversidad y belleza paisajística es lo que sostiene una de las principales fuentes de ingresos al país, por turismo y ecoturismo. Nuevamente, se nota contradicción, pues, aunque se trabaja porque más turistas nos visiten, por otro, dañamos la razón principal por la que vienen al país.

Nuestros mares sobrexplotados: en el tema de nuestro mar Patrimonial y los recursos marinos, la administración Solís, resulta sumamente decepcionante y  a todas luces retrógrada. Hay muchos temas en que el gobierno nos ha fallado y las ONG que trabajan en el tema de la protección de la vida marina, nos lo han señalado reiteradamente. Se ha seguido expoliando el recurso pesquero del país, particularmente con la explotación del Atún Aleta amarilla (por cada tonelada explotada, el país solo obtiene el equivalente a $ 60). Algo, absolutamente inconsistente e incoherente, en particular, si notamos que nuestros mares han sido sobreexplotados durante los últimos 10 años (¡que caro nos ha costado el Estadio Nacional!). Pero todavía hay más, de forma irresponsable, se ha promovido la exportación de las aletas de tiburón, promoviendo así, su captura y tortura, en un país que le da la cara al mundo, como un “gran protector del ambiente”.  Queda señalar, en este tema, el hecho de que la administración, de forma insistente, promovió por varios proyectos de ley, la Pesca de Arrastre del Camarón, algo que se sabe que devasta la vida de los nuestros mares. Como colorario, la administración hereda la búsqueda de soluciones sostenibles a la población de pescadores artesanales que requieren alternativas reales de trabajo, en donde ellos se conviertan en verdaderos protectores de nuestros mares. Al respecto, hemos señalado la importancia de buscar soluciones duraderas, como, por ejemplo, la creación de un Bono accionario Pro Pesca sustentable, solo para empezar a trabajar en soluciones al tema marino de nuestro país.

SETENA y EIA: en este tema, lejos de avanzar, el país ha mostrado un enorme retroceso. En febrero del 2018, la administración puso en consulta la propuesta de un “nuevo” Reglamento de Evaluación, Control y Seguimiento Ambiental. Con el pretexto de “remozar” a la SETENA (además de cambiarla al viejo edificio de RECOPE), se sustituiría por completo el Modelo de Evaluación de Impacto Ambiental vigente, desde el año 2004, por un regresivo y altamente permiso instrumento que, volvía a instaurar los “inconstitucionales” umbrales y que es altamente favorable a los intereses de la Cámara Costarricense de la Construcción, dado que propone disminuir de 3 mil expedientes promedio anuales que tramita la SETENA a menos de mil. Algo que además de desproteger el ambiente, también crea desempleo entre muchos profesionales jóvenes que se desenvuelven como consultores ambientales. Pero el asunto no solo terminaba allí, contrario a los estándares internacionales, eliminaba la Evaluación Ambiental Inicial, la cual es clave para determinar si un proyecto puede ser potencialmente viable o no. Con ello, eliminaba la figura de la “Viabilidad Ambiental Potencial”, la cual resulta clave para promover un proyecto tan importante como el Tren Rápido de Pasajeros (TRP) u otras obras clave para el país, como la ampliación de la Ruta 27 o el mismo nuevo aeropuerto en Orotina. Así de mal estamos, retrocediendo en todo lo que tiene que ver con protección ambiental y desarrollo sustentable.

Minería: en el tema minero, vale señalar una mención especial, pues tanto la Dirección de Geología y Minas, como el mismo Ministro de Ambiente y Energía, emitieron unas resoluciones que resultan históricas y dignas de enmarcar, como algo absolutamente retrógrado e ilógico. Esto, en materia de la explotación minera en playas y en el subsuelo marino, pues, según sus argumentaciones, el Código de Minería, no les permite actuar si alguien hace minería ilegal en las playas y el subsuelo marino. Por eso, señalamos que, con esa ilógica e inconsistente posición, Costa Rica, se estaba convirtiendo en el “Paraiso de las islas artificiales” algo que no resulta, para nada motivo de orgullo, sino de vergüenza nacional.

Crucitas: tampoco podemos dejar de lado el desastre en que se ha convertido el tema Crucitas. Muchos responsabilizan a los ambientalistas que nos opusimos al trámite “ilegalmente orquestado” por la empresa y los políticos y técnicos de la administración Arias Sanchez que, desembocó en la anulación de todo lo actuado y que, todavía ahora, está a las puertas de un nuevo juicio. Pero una cosa es esa, y otra es que se permita el ingreso ilegal de miles de coligalleros nicaragüenses que cargan consigo el Mercurio que mata, no solo a su propia salud, sino al mismo Río San Juan, donde al final van a dar las aguas y suelos contaminados. Urge hacer algo serio, pues se trata de un problema cada vez más grave que tarde o temprano, nos va a explotar como un serio conflicto diplomático.

Piña: al igual que en las administraciones precedentes, la expansión piñera se siguió dando con gran rapidez, catalizado por el tratado de libre comercio con China. La justificación es que da “mucho” empleo, cuando en la práctica se dan dos empleos por hectárea, sin que eso justifique para nada, el enorme y costoso daño ambiental que produce, en particular, por el complicado paquete tecnológico que utiliza de agroquímicos y pesticidas. Dejamos claro que no se trata de que se elimine el cultivo de piña en el país, pero creemos que Costa Rica merece algo mejor, con una producción de piña más ecológica, que no contamine los acuíferos ni los suelos, ni tampoco sacrifique los bosques y humedales de nuestro territorio. El pronunciamiento del Consejo Universitario de la UCR de diciembre del 2008 exigiendo una moratoria nacional para nuevas plantaciones de piña retumba, a casi 10 años de su elaboración, como una clara advertencia desoída por autoridades del MAG y del MINAE empecinadas en favorecer el crecimiento de este dañino monocultivo. Los reportajes en países europeos sobre los daños provocados por la piña costarricense cada vez van creando mayor conciencia en el consumidor europeo, y posiblemente el consumidor chino empiece de igual forma en algún momento a hacerse algunas preguntas.

Aguas y sus conflictos: otro ejemplo de la enorme inoperancia que ha tenido la administración Solís Rivera. Además de que, finalmente no se pudo aprobar una nueva Ley de Recursos Hídricos, propuesta por iniciativa popular, lo más grave, es que, en el tema de gestión de recursos hídricos, lejos de avanzar, retrocedimos mucho, por todo el tiempo perdido. Insistimos, desde el principio, de la urgencia de gestar mejor las aguas subterráneas, por medio de un reglamento que la Sala Constitucional ordenó que se elaborara desde el año 2004. Contrario a eso, se han recuperado las mismas acciones de imposición de medidas como el caso de Sardinal y, además, se ha dejado que el problema de SENARA y su matriz genérica, se convierta en una muy grave amenaza al desarrollo del país. El agua, especialmente la subterránea, merece ser cuidada y protegida como un recurso estratégico, pero con un criterio lógico y racional y no, por medio de costosas medidas que, al final, no implican su protección, sino un aumento muy honeroso de la ya compleja tramitomanía. Así, ahora más rápido que antes, nos seguimos hundiendo en el subdesarrollo.

Energía: se elaboró un Plan Nacional de Energía, con un horizonte al 2030, pero no, bajo un marco de Evaluación Ambiental Estratégica, es decir, sin carácter vinculante. El Plan plantea algunos aspectos positivos, dentro de cuyo contexto, se puede recalcar la aprobación de la Ley que permitiría introducir vehículos eléctricos al parque automotor del país. No obstante, no plantea soluciones transicionales, al tema a elevada la factura petrolera del país y a la necesidad imperante de buscar soluciones intermedias y graduales para su reducción (biocombustibles, aprovechamiento de potencial de gas natural por el país, para producción de energía firme). Por otro lado, sigue sin resolverse el tema de la competitividad del sector industrial que reclama por menores precios para la industria, algo que, también, debería pasar por una revisión de la matriz energética, pero en el marco de una correcta EAE.

Gestión Preventiva del Riesgo: nuestro país no solo se enfrenta a las fuentes de riesgo geológico (terremotos, actividad volcánica, deslizamientos, avalanchas, inundaciones, fallas geológicas activas, tsunamis en zonas costeras), sino también, a los efectos del Cambio Climático (desertificación, sequías, lluvias intensas, marejadas, deslaves y deslizamientos, entre otros).  Fuimos afectados por el Huracán Otto y la Tormenta Nate y, a pesar de las pérdidas de vidas y bienes materiales, aprendimos muy poco. Seguimos en una acción reactiva y no en la posición correcta, que es la acción preventiva. En esto, estamos estancados. Es urgente hacer Ordenamiento Ambiental del Territorio y trabajar en la Gestión preventiva del Riesgo y en el tema de los Seguros contra Desastres, cuyo costo, cada vez es más elevado y nos sumerge en una vorágine de gastos que nos hace retroceder en materia de desarrollo socioeconómico. Nos urge trabajar en ciudades e infraestructura resiliente a las diversas fuentes de desastres.

Síntesis: el resumen de la gestión en materia ambiental es claro: se ha perdido tiempo muy valioso. El sacrificio ambiental se ha incrementado y la protección del ambiente se ha debilitado notablemente. A pesar que se han hecho algunas pocas cosas buenas, las mismas quedas aplastadas por el peso de todas las otras cosas negativas que se hicieron o, por las cosas que pudieron hacerse y que se dejaron de lado. En medio de tanto viaje internacional, y poco viaje por la realidad de nuestro país, nuestras autoridades ambientales han cumplido muy bien ese refrán popular que reza: “candil en la calle y oscuridad en la casa”. Lo grave de todo esto, es que nuestro medio ambiente ya no aguanta más, el sacrificio ambiental inducido por las decisiones desacertadas y la severa disminución de la capacidad de resiliencia de nuestros ecosistemas, pronto nos cobrará la factura, que se traduce en pérdida de biodiversidad y, a su vez, en pérdida del atractivo turístico de nuestro país. Algo que nos hará mucho daño en el futuro.

Por todo eso, es que requerimos que las nuevas autoridades, asuman la responsabilidad de realizar el verdadero cambio que esperábamos que sucediera hace cuatro años y que, finalmente no se realizó. Nuestro país, merece y requiere, que avancemos, no que retrocedamos. 

Desastre de Otto y la oportunidad de mejorar gestión del riesgo

Con el ánimo de ser proactivo y autocrítico sobre las acciones tomadas por las autoridades de gobierno respecto a la emergencia del Huracán Otto, hay que iniciar por reconocer la positiva y dedicada gestión realizada, cuyo objetivo primordial se centró en salvaguardar la vida.

No obstante, también es importante analizar, en perspectiva, lo sucedido para promover mecanismos escalonados que nos permitan mejorar en un tema clave para nuestro país: la gestión del riesgo preventiva.

Gestión del riesgo: la Ley Nacional de Emergencias la define como: “Proceso mediante el cual se revierten las condiciones de vulnerabilidad de la población, los asentamientos humanos, la infraestructura, así como de las líneas vitales, las actividades productivas de bienes y servicios y el ambiente. Es un modelo sostenible y preventivo, al que se incorporan criterios efectivos de prevención y mitigación de desastres dentro de la planificación territorial, sectorial y socioeconómica, así como a la preparación, atención y recuperación ante las emergencias.”

Como se puede ver, tiene dos componentes: la Preventiva y la Reactiva. Esta última es la que ocupa, hasta ahora, la mayor cantidad de esfuerzos de la Comisión Nacional de Prevención del Riesgo y Atención de Emergencias (CNE), tanto en su instancia central como a los comités locales.  Actúa cuando el evento que motiva la emergencia (desastre) está sucediendo o ha sucedido. Implica fundamentalmente acciones en la atención de los afectados.

La componente Preventiva es diferente, porque se tiene que desarrollar antes de que ocurra el desastre.  Como parte de la misma, y dada la naturaleza de evento que produce el desastre, puede implicar la acción de evacuación de los sujetos en el peligro inminente de los sitios, identificados, como de alto y muy alto riesgo.

Problema de escala de la Prevención: la reciente experiencia con lo del Otto ilustra esta situacion. Así, a nivel nacional, el Presidente mostraba un mapa del país con los cantones declarados en Alerta Roja, con lo cual se ordenaba a la gente evacuar los sitios de riesgo, como las áreas cercanas a los ríos o sitios propensos o vulnerables a los deslizamientos. 

Cabe decir que el lineamiento así emitido a escala nacional es correcto. No obstante, el problema es llevarlo a la escala local. Y este detalle de escala, podemos afirmar, es lo que desafortunadamente lleva a que se produzcan víctimas.

Ilustrémoslo con un ejemplo: como parte de los cantones la alerta roja por Otto se incluyó a Pérez Zeledón. Se trata de un cantón de casi 2000 km2 con un porcentaje significativo de población que reside en zona rural de montaña. ¿Debían todos ellos evacuar sus casas? ¿Hacia dónde deberían ir? ¿Qué deberían hacer? ¿Cuál era su condición efectiva de riesgo y a qué factores: deslizamientos, inundaciones, avalanchas, etc.?

Como podremos notar, el tema clave aquí está en el detalle: en información y preparación a escala de casas, caseríos, barrios, distritos y el cantón mismo.  Una tarea que no se puede resolver en el momento de la emergencia, sino antes, como parte de una efectiva gestión preventiva del riesgo.

Esta es la llave para mejorar en la búsqueda de objetivo fundamental: salvar vidas y, también, las propiedades y la infraestructura vital.

¿Cómo lograrlo? La respuesta está en el uso combinado de la información de detalle que el mismo país ha generado durante, al menos, los últimos 10 años. Veamos:

Paso 1: Información cartográfica. el Programa de Regularización y Catastro generó, para una gran parte de país, muy valiosa información catastral y de imágenes de alta resolución. Son tan detalladas que, en muchos casos,  es posible ver  el techo de las casas de habitación con mucho detalle, tanto que hasta se podría “escribir” en ellos el nombre de quienes viven allí (datos de Censo y del Comité Local) y, sus números de teléfono celular para mensajes de urgencia.

Paso 2: Información de sitios de Alto y Muy Alto Riesgo a Amenazas Naturales.  Desde que la Sala Constitucional, en el año 2002, ordenó que los planes regulares realizaran “un examen de impacto ambiental”, esta información se ha venido generando con un detalle aceptable (escalas 1: 10.000 a 1: 25.000) por medio de la aplicación del Decreto Ejecutivo No. 32967 – MINAE en los estudios para los planes reguladores u otro ordenamiento territorial y de evaluación del riesgo.  Los estudios de Zonificación de Fragilidad Ambiental o de identificación de sitios de riesgo a buena escala, realizados hasta ahora, cubren al menos 50 cantones, poco más de la mitad del país.

Paso 3: Cruce de información y desarrollo de planes locales de Gestión Preventiva del Riesgo. El producto principal de ese “cruce” de información es que permite identificar sobre mapas y ortofotos, con mucho detalle, qué casas y construcciones, en general, se encuentran en alto y muy alto riesgo.

Nótese que no se trata de todo el territorio del cantón, sino las áreas de este que caen es esa categoría. Como se ve, con esta plataforma de información, de escala detallada, es posible realizar una gestión verdaderamente efectiva y preventiva. 

La gente que vive en esos sitios debe ser informada y capacitada. Además, de forma participativa, deben diseñar su plan de emergencia y evacuación e, incluso, en casos necesarios, sus sistemas de alerta temprana. 

Todos pueden tener tras la puerta de sus casas el Protocolo de Emergencia (adaptado a sus condiciones) que deben aplicar si se declara Alerta Roja. Así, no tendrán que esperar a que lleguen a buscarlos, haciendo que se pierda tiempo valioso. Además, con el tiempo necesario,  se  resuelve mejor lo que hay que hacer para atender a las personas con limitaciones de movilidad e, incluso, a los animales (mascotas y de granja).  

El protocolo puede incluir el sitio donde debe desplazarse por seguridad que, no necesariamente, tiene que ser un albergue, sino un lugar previamente definido y acordado por los vecinos. 

¿Que se requiere para implementarlo? Solo la voluntad y disposición de las autoridades para orientar esfuerzos y recursos en esa dirección. Ya, desde el 2011 se dispone de una propuesta de Proyecto conjunto entre el IFAM y la CNE. Solo se ocupa de reactivarlo y ponerlo en marcha.

Historia reciente y retos:  la revisión de los desastres naturales principales (fenómenos hidrometeorológicos o terremotos) que han provocado muertes de personas en el país durante los últimos 30 años nos dicen que ocurre, en promedio, uno cada 3 años. Es decir que, cada administración de gobierno enfrenta al menos una crisis de emergencia por desastre natural. 

Lo malo es que el tema se atiende y la imagen política se mejora, empero no se hace nada más. La página se pasa con facilidad y rápido se entra en la rutina de siempre, dejando la amarga experiencia de muerte en el olvido, sin que el sacrificio de esas vidas perdidas tuviera alguna utilidad. Algo que a todas luces no es correcto, en particular, porque sí es posible hacer algo.

Pero el asunto no termina allí. La combinación de tres realidades concretas, también deberían llevarnos a reaccionar lo antes posible:

1. Vivimos en un país geológicamente muy activo, donde se presenta toda la lista de fuentes de amenazas naturales, como en libro de texto. Solo que con la gran bendición de que en un 90% son reconocibles y mapeables.

2. La variabilidad climática y el Cambio Climático hacen de Centroamérica, Costa Rica incluida,  la región del mundo más vulnerable. Algo que deberíamos tomarnos muy en serio para tomar medidas concretas.

3. Por la ausencia de Planificación Territorial y Estratégica, combinada con la existencia de una excesivamente laxa normativa de uso de suelo, tenemos muchas construcciones en sitios de alto y muy alto riesgo (20 % en la GAM, al menos).

Por todo esto es que requerimos actuar pronto, desarrollando las bases de un proceso de mejoramiento continuo que logre resolver el problema de escala entre el nivel nacional y el nivel local. Algo que, en definitiva, ayudara mucho a cumplir el sagrado objetivo de salvar cada vez más vidas.

La actual administración de gobierno tiene, a raíz de lo sucedido con el Huracán Otto, la valiosísima oportunidad de cambiar la historia y avanzar en la dirección correcta. Para ese fin, me pongo a su entera disposición para trabajar juntos. Nuestro país se lo merece.

Contradictorio rumbo ambiental del gobierno

A tan solo 10 meses de administración de gobierno de Luis Guillermo Solís y dada la seriedad de las contradicciones que se han dado en materia ambiental, entre otros muchos temas, se hace necesario hacer una valoración del inadmisible rumbo que están haciendo tomar a nuestro país, algo que todos debemos comprender para poder actuar en consecuencia.  

Plan GAM 2013 a 2030 y la infortunada herencia de la administración Chinchilla: en artículos anteriores (ver: www.allanastorga.com) advertimos a la actual administración de que le estaban heredando un “confite envenenado” que tiene una larga historia: desde que la administración Arias rechazó el PRUGAM en abril del 2010 hasta la publicación del manipulado y poco sustentado ambientalmente Plan GAM 2013 a 2030, publicado el 2 de mayo del 2014.  Hay que recordar que como intermedio la Administración Chinchilla se inventó el denominado POTGAM, con el  cual nuestras montañas estarían ahora urbanizándose todavía más intensamente. La actual administración ha hecho oídos sordos a las advertencias, más bien recontrató al personal relacionado con el tema de la anterior administración y le subió la “categoría”. De paso, ha llamado “necios” a quienes hemos insistido en el error, lo que nos ha llevado al extremo de presentar una acción de inconstitucionalidad que ha detenido la aplicación de ese Plan.  La solución era sencilla: actualizar y aprobar el PRUGAM que es el que tiene debido sustento técnico y ambiental, a costa de que la UCCAEP y la Cámara de la Construcción no quedaran “contentas”. Mientras tanto, nuestra GAM sigue desplanificada y envuelta en un caos vial que se traduce un alto costo económico, ambiental y de salud para todos.  Como vemos, aquí no ha habido cambio alguno, salvo seguir hundiéndonos en la inoperancia y en  la desplanificación.

 

La SETENA y la conveniencia de no renovarla: una expectativa lógica de un gobierno “del cambio” era la urgente y completa renovación de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental, en particular de su ente de toma de decisión, la Comisión Plenaria. Sobre esto las organizaciones ambientales han sido particularmente insistentes, pues es claro que la SETENA  estuvo bajo un claro control político durante las administraciones Arias y Chinchilla. Pese a eso, con el nuevo gobierno, muy poco cambió en la SETENA, se ha dado un claro continuismo, lo cual no parece casual cuando se ve el accionar de esta entidad durante el año 2014 y, en particular, respecto al tema de la Terminal de Contenedores de Moín (APM): el control político para descartar criterios técnicos es latente, poniendo en riesgo la credibilidad en la ya golpeada institucionalidad ambiental de nuestro país.  El hecho de que no se diera ningún cambio, a pesar de las muy serias irregularidades que se dieron durante las últimas administraciones y que no se abriera el espacio para la búsqueda de sus mejoras por medio de la Comisión Mixta, deja ver un “doble discurso” de la actual administración.

 

APM y el conveniente olvido del enorme sacrificio ambiental que implica: sobre este tema hemos escrito mucho, con el ánimo de explicar que el proyecto tal y como fue planteado desde el 2008 fue una imposición, sin ningún criterio ambiental. Planteamos que era posible buscar una solución alternativa para la construcción de la Terminal en una condición ambientalmente más sostenible y menos impactante. Durante casi dos años se ha hecho oídos sordos a estos planteamientos y la actual administración, lejos de asumir un papel más proactivo y analítico en la búsqueda de una solución, más bien profundizó la posición “cerrada” y ha hecho “todo lo posible” para mantener el planteamiento original. Esto aunque signifique ignorar las muy graves consecuencias ambientales que se darán, no solo en el Humedal Caribe, sino que particularmente, en la parte marina de nuestro litoral limonense. Esos daños ambientales se darán por años, produciendo afectación a la toda la vida marina, a la pesca, al turismo e incluso a nuestras costas por erosión. Todo esto a pensar que existía una mejor alternativa. Así, las autoridades ambientales, como el MINAE y la SETENA, se alejan de su función primordial y pasan a convertirse en un simple instrumento para el beneficio de una empresa transnacional. Se está jugando gravemente con el Caribe costarricense, algo que no deja de sorprender profundamente.

 

El atraso en el trámite de los planes reguladores y la evidente falta de decisión para resolver problemas.  Para abril del 2014 la SETENA, por medio de su Departamento de Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), anunciaba que para el periodo 2010 al 2014 el 73% del total de los informes de planes reguladores había sido rechazado. Hay municipalidades que tienen más de 8 años de tramitar la viabilidad ambiental ante esa entidad, algo inverosímil si se tiene claro que el objetivo fundamental de la metodología que establece el decreto 32967 (de los IFA) es generar una zonificación ambiental que sirva de base para hacer una propuesta de uso del suelo. Es evidente que en más que obstáculos técnicos, lo que ha imperado es la intransigencia y la falta de visión clara. A esto se ha sumado un conflicto artificial con el uso de la Matriz del SENARA y los mapas de vulnerabilidad, algo para lo cual también hay una solución sencilla. Al final se observa que más que problemas técnicos, es un problema de actitud de parte de las autoridades, lo cual se podría resolver con facilidad si las autoridades realmente se interesaran en que los municipalidades contaran con planes reguladores que dicten reglas algo más claras para la definición del uso del suelo, en contraposición al statu quo actual que favorece principalmente a los desarrolladores inmobiliarios y las empresas constructoras.  A pesar de la urgencia de resolver el asunto, hasta hace poco se conformó una comisión para buscar una solución entre las diferencias de criterio entre la SETENA y el SENARA. Búsqueda que no se sabe cuánto durará ni en qué terminará. Tampoco aquí se vislumbran cambios reales.

 

La refinería china y el terco camino hacia una dependencia de los hidrocarburos. De forma sorprendente, el MINAE ha señalado que seguirá adelante con la Refinería china,  a la cual le ha agregado el calificativo de “refinería verde”, dado que dedicará parte de la misma para biocombustibles.  Posiblemente en este tema es cuando se observa una de las mayores contradicciones de la actual administración, pues mientras el mismo Presidente reafirma ante la ONU el compromiso de ser carbono neutral en el 2021, por otro lado sigue adelante con un proyecto sumamente oneroso para el país y que, lejos de solventar nuestra dependencia de los hidrocarburos, la profundizará. Se pierde tiempo valioso en buscar soluciones realmente sostenibles y viables para Costa Rica como un tren eléctrico, una mejora sustancial al sistema de transporte y un verdadero impulso a un programa de biocombustibles.

 

La Ruta 32 y la irresponsabilidad ambiental de la legislación que la ampara. La recién aprobada ley para articular el contrato con China sobre el préstamo para ampliar la Ruta 32 a Limón lleva consigo una seria contradicción, no solo técnica, sino también ambiental. Otro ejemplo de improvisación y más que eso, de cómo se considera el tema ambiental como algo secundario, casi sin importancia: un error que podría costar muy caro al país. La Ruta 32 es problemática, pero el sector del Zurquí no está contemplado dentro de este proyecto. Recordemos a este respecto que el proyecto inicial de los años ochenta preveía cinco túneles y que decisores políticos optaron por descartar estos cinco túneles: el resultado está a la vista.  Ampliar una carretera de 2 a cuatro carriles a partir de Río Frío es una operación que técnicamente no requiere de asesoría externa ingenieril y que en nada remedia el problema que tenemos en el Zurquí con la Ruta 32.

 

El aleteo del tiburón y el “interés nacional” por una transnacional: los mares y nuestras áreas silvestres  siguen cada vez menos protegidas. En completa contradicción con los compromisos internacionales adquiridos por el país, se toma la decisión, por parte de INCOPESCA, el SINAC y el MINAE, de permitir la exportación de aleta de tiburón a China. Aunque se usa de pretexto que es para beneficiar a los pescadores nacionales, llama la atención que las autoridades técnicas y ambientales en la materia tomen semejante decisión, en la medida de que contradice los principios de protección ambiental y de la biodiversidad que el mismo país defiende a nivel nacional e internacional. Pero el asunto no solo queda allí, también se da una severa pérdida de credibilidad, muy difícil de recuperar, en particular porque se entremezcla con un regalo de $ 24 millones que el gobierno chino recientemente hizo al gobierno de Costa Rica. Nos preguntamos: ¿por qué no usan parte de esos recursos para ayudar económicamente a los pescadores que pierden por la no exportación de aleta de tiburón a China y para fortalecer las áreas silvestres protegidas terrestres y marinas: nuestro verdadero tesoro nacional? ¿No sería eso una mejor decisión? Las contradicciones prevalecen y el cambio no se nota.

 

El común denominador de todos estos temas es el mismo: la falta de una verdadera y seria revisión del problema, los oídos sordos para escuchar otras opiniones, la creencia de que al fungir como autoridad se tiene la libertad de hacer lo que les parezca y la búsqueda de una “solución” que termina siendo una “imposición” de una decisión desacertada que al final beneficia a un sector muy privilegiado en detrimento de los intereses colectivos. En síntesis: una administración que, en materia ambiental, es una continuidad de las administraciones Arias y Chinchilla. Sorprendente conclusión a la que uno es llevado en tan solo 10 meses de administración.

 

*Geólogo Ambiental, profesor UCR.