Opinión: Construyendo la Resiliencia (humana y natural)

Resiliencia, en psicología, es la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc. Por su parte, la Resiliencia natural es el término empleado en ecología de comunidades y ecosistemas para indicar la capacidad de estos de absorber perturbaciones, sin alterar significativamente sus características de estructura y funcionalidad; pudiendo regresar a su estado original una vez que la perturbación ha terminado.

Resiliencia y Riesgo:
 en materia de ordenamiento ambiental del territorio y gestión preventiva del riesgo, para comprender mejor el contexto de la Resiliencia (humana y natural) debe tenerse claro el concepto de Riesgo, el cual, básicamente se relaciona a los conceptos de vulnerabilidad y amenaza.

La vulnerabilidad es la condición intrínseca de ser impactado por un suceso a causa de un conjunto de condiciones y procesos físicos, sociales, económicos y ambientales. Se determina por el grado de exposición y fragilidad de los elementos susceptibles de ser afectados –la población, sus haberes, las actividades de bienes y servicios, el ambiente– y la limitación de su capacidad para recuperarse.

Por su parte, la Amenaza es el Peligro latente representado por la posible ocurrencia de un fenómeno peligroso, de origen natural, tecnológico o provocado por el hombre, capaz de producir efectos adversos en las personas, los bienes, los servicios públicos y el ambiente.

Así el Riesgo se define como la probabilidad de que se presenten pérdidas, daños o consecuencias económicas, sociales o ambientales en un sitio particular y durante un período definido. Se obtiene al relacionar la amenaza con la vulnerabilidad de los elementos expuestos.

Un Desastre es una situación o proceso que se desencadena como resultado de un fenómeno de origen natural, tecnológico o provocado por el hombre que, al encontrar, en una población, condiciones propicias de vulnerabilidad, causa alteraciones intensas en las condiciones normales de funcionamiento de la comunidad, tales como pérdidas de vidas y de salud en la población, destrucción o pérdida de bienes de la colectividad y daños severos al ambiente.

Vemos entonces que los desastres producidos, por ejemplo, por geoamenazas naturales como los terremotos, las erupciones volcánicas o los tsunamis, entre otros; en su defecto los desastres producidos por los efectos del cambio climático (lluvias intensas, deslizamientos, sequías, inundaciones) o de tipo tecnológico (explosiones, incendios, por ejemplo), pueden afectar a las personas y sus bienes, así como a la infraestructura que da calidad de vida (carreteras, red eléctrica, de agua potable, etc.). Decimos entonces que tanto las personas, como la infraestructura sujeta a condiciones de riesgo, en particular, en condiciones de alto y muy alto riesgo a un desastre, requieren fortalecer su Resiliencia.

Resiliencia y desastres:
 como vemos, los desastres ponen a prueba la Resiliencia de las personas y de la infraestructura de una comunidad. En algunos casos, el desastre puede tener tal dimensión, que puede ser devastador y provocar severos daños a la vida de las personas y a la infraestructura. Por eso, para evitar que esa condición extrema llegue a darse, o en caso de que se diera, no provoque esos daños devastadores, se requiere trabajar en Prevención.

La prevención es la acción anticipada para procurar reducir la vulnerabilidad, así como las medidas tomadas para evitar o mitigar los impactos de eventos peligrosos o desastres; por su misma condición, estas acciones o medidas son de interés público y de cumplimiento obligatorio.

En materia de desastres producidos por efectos del cambio climático, la variabilidad climática y los GeoRiesgos, es la Gestión del Riesgo que se define como el proceso mediante el cual se revierten las condiciones de vulnerabilidad de la población, los asentamientos humanos, la infraestructura, así como de las líneas vitales, las actividades productivas de bienes y servicios y el ambiente. Es un modelo sostenible y preventivo, al que se incorporan criterios efectivos de prevención y mitigación de desastres dentro de la planificación territorial, sectorial y socioeconómica, así como a la preparación, atención y recuperación ante las emergencias.

De esta manera una correcta gestión preventiva es una forma efectiva de aumentar la Resiliencia de las personas y de la infraestructura ya existente y que se encuentra en condiciones de riesgo, alto y muy alto.
Por otro lado, realizar un cartografiado a detalle (1:25.000 o menos) de GeoRiesgos, permitiría, por medio de la Planificación Territorial, evitar que más personas y construcciones se puedan ubicar en zonas de riesgo alto y muy alto y, si no fuera posible, al menos se establecerían las medidas preventivas de diseño y educación ambiental para que se dispusiera de mayor resiliencia ante un desastre.

Gestionando la Resiliencia:
 como hemos dicho en otro de nuestros artículos (ver www.allan-astorga.com), debido a la falta de Ordenamiento Ambiental del Territorio y correcta Planificación Territorial, solo en la región del SICA (Centroamérica y República Dominicana) vivimos cerca de 20 millones de personas en condición de alto y muy alto riesgo. Por otro lado, cerca de un 35 % de la infraestructura existente se localiza en zonas de alto y muy alto riesgo. Como vemos, la ocurrencia de un desastre puede costar muchas vidas humanas y costosos daños a la infraestructura.

Ante este panorama, agravado por los crecientes y devastadores efectos del Cambio Climático, la gestión de la Resiliencia debe darse en varias fases. La primera de ellas es la preventiva, con el desarrollo un Reaseguro Regional para la zona del SICA y Seguros Paramétricos para obras de infraestructura existentes. En esta fase, también es indispensable, realizar educación ambiental, con las comunidades y por medio de aplicaciones que usen todos los sistemas de información disponibles para informar, educar y preparar a las personas sobre los tipos de riesgos a que están sometidos y cómo actuar ante un desastre. ¡Esto es indispensable para salvar vidas! De igual forma los sistemas de alerta temprana y la existencia de protocolos de acción elaborados por la misma comunidad con ayuda de autoridades.

En el caso de la ocurrencia de un Desastre, el tema de la atención de las personas es muy importante, en particular los niños, las personas de la tercera edad y los que tengan limitaciones. Los primeros auxilios sicológicos son muy importantes para estabilizar a las personas traumadas por los efectos del desastre. De igual forma, planes de atención a las mascotas resulta una tarea muy importante.

La existencia de un Fondo especial para la atención de desastres es fundamental, para poder hacer inversión rápida en la recuperación de línea vitales (energía, agua, internet, sistema de transporte, abastecimiento de alimentos, etc.). También para ayudar a los afectados para que puedan tener un nuevo principio. Depender de los recursos del Estado, es un problema, pues casi nunca los hay, y el desarrollo económico del país, más bien retrocede.

La restauración de las condiciones a la normalidad en el menor plazo posible es muy importante tarea para que se gane optimismo y se aumente la Resiliencia.

Como podemos ver, construir Resiliencia es una tarea ardua y sistemática. No se trata solo de hacer simulacros. Se trata de educar a saber convivir con el riesgo y a estar preparados y, actuar correctamente, ante un evento de desastre. Es una tarea que debemos emprender lo antes posible.

Allan Astorga Gättgens
Ex Catedrático de Geología Ambiental y Sedimentaria de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica. Licenciado en Geología de la Universidad de Costa Rica. Doctor en Ciencias Naturales de la Universidad de Stuttgart, Alemania. Experto en Ordenamiento Ambiental del Territorio y Gestión Preventiva del Riesgo. Colaborador científico del Sistema para la Integración de Centroamérica y República Dominicana (SICA).

Opinión: Recomendaciones estratégicas para elegir las autoridades municipales que necesitamos

Se aproximan las elecciones municipales. Todos los ciudadanos podremos ejercer el derecho democrático de ir a votar y escoger las nuevas autoridades municipales o reelegir aquellas que se lo merezcan. Se hace importante, por ello, hacer algunas recomendaciones muy respetuosas a los candidatos, los munícipes (ciudadanos del municipio), a la prensa preocupada por esas elecciones y, en general, a todos los que estén preocupados por el futuro de nuestra humanidad en los próximos años.

Grave coyuntura: aunque posiblemente muchos no están enterados, nos encontramos en una condición de alerta roja planetaria. La vida de nuestro planeta Tierra, está en peligro, incluyendo la nuestra, como humanidad. Durante el último año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido tres alertas rojas que deberían ser más discutidas por la prensa y por las autoridades responsables.

Las tres alertas rojas son las siguientes: a) efectos negativos por el Cambio Climático, principalmente desastres, b) acelerada extinción de especies, es decir, perdida de la biodiversidad, incluyendo las abejas que son la responsables de la polinización de casi el 60 % de los alimentos provenientes de la agricultura y c) grave peligro de no disponer de suficientes alimentos para una humanidad con una población creciente (9 mil millones en el 2050), debido a la pérdida de suelos y falta de agua para el desarrollo de cultivos, así como la pérdida de producción de alimentos del mar, como consecuencia de la contaminación. El punto de No Retorno, es decir, de inicio de extinción de la humanidad, se señala para el 2050, aunque algunos científicos opinan, con buen criterio, que esa es una visión optimista y que ese punto de no retorno se encuentra mucho más cerca de nuestro tiempo.

Descarbonizar la economía no es suficiente para no llegar a ese punto de no retorno. Evitar que la temperatura de los océanos y la atmósfera no suba, es una medida positiva para disminuir los efectos negativos del Cambio Climático, empero no es suficiente. Hay otras medidas que tomar, respecto a los ecosistemas de la Ecosfera que se encuentran en peligro de extinción y con nuestra economía depredadora, que se basa en una falsa premisa de que los recursos naturales son infinitos e inagotables (una vieja idea de principios del siglo XIX).

Uno de los mayores problemas que tenemos para cobrar conciencia de que nos encontramos en una crisis planetaria, se debe a que los efectos negativos de las tres alertas de la ONU, se dan durante varios años o hasta décadas. Siendo así, los problemas rutinarios de la economía, de los impuestos, del costo de la vida, de la educación, de la salud y otros más, resultan mucho más importantes. No solo para la gente común, sino también para la prensa y las mismas autoridades de gobierno, tanto central como municipal. Parece que nada está pasando, mientras sentimos la brisa que acaricia nuestro rostro al caer en un profundo precipicio y en cuyo fondo, encontraremos nuestra extinción.

Así como se pueden tomar medidas globales para mitigar nuestra crisis planetaria, como por ejemplo los Acuerdos de París del 2015, hay otra serie de medidas urgentes que deben tomarse desde ya, y cuyo efecto más directo y efectivo es que se tomen desde lo local, en cada territorio, cuya administración ya está asignada constitucionalmente al Gobierno Municipal. De allí la enorme importancia de que las autoridades municipales y todos los habitantes de cada municipio, tomen conciencia de la urgencia de priorizar acciones y ejecutarlas.

Medidas estratégicas a escala local: cada municipio representa una especie de célula de un enorme organismo vivo que conforma la Ecosfera terrestre continental. Así como las células tienen un sistema autónomo de funcionamiento y de supervivencia, así deben actuar los municipios dentro de sus territorios, para revertir el daño producido por la humanidad. Es el único camino, pues no hay una solución mágica. Se requiere de mucho trabajo a escala local con el compromiso de las autoridades municipales, munícipes, educadores, empresarios y productores, academia, profesionales independientes y la población en general.

Como hemos señalado anteriormente, las medidas clave a tomar son: a) Ordenamiento Ambiental del Territorio a una escala detallada (1:25.000 o menos), b) Categorización de los usos del suelo: urbano, agrícola-agropecuario y de conservación, con un claro balance de los tres componentes, c) recuperación de territorios degradados con reforestación estratégica y natural para la mejora de los ecosistemas, d) rápida transición del modelo productivo en las actividades agrícolas y agropecuarias hacia una visión de agricultura y ganadería regenerativa, no contaminante, con el uso de tecnología de avanzada, e) desarrollo urbano ambientalmente sustentable, no contaminante y de incentivo a la producción sostenible que brinde oportunidades de desarrollo económico a la comunidades humanas para erradicar la pobreza y la brecha social, f) corrección y prevención de la contaminación, g) rápida transición hacia el uso de energías más sostenibles y seguras, como la geotermia y h) planificación estratégica del desarrollo enfocado en un aumento de la Resiliencia humana y natural.

La ventaja de accionar todas estas medidas, lo antes posible, es que permite que cada municipio, aumente su Resiliencia y pueda promover un desarrollo humano y natural, más acelerado, pero ambientalmente sustentable. Por esta razón, los candidatos a ser autoridades municipales y los munícipes tienen que tener muy claro todo esto.

Un candidato a autoridad municipal, que desconozca la situación en la que nos encontramos como humanidad, y las acciones urgentes y prioritarias, no debería ser elegido pues, sin querer, estaría generando una pérdida de tiempo, que es un lujo que no podemos ni debemos darnos.

La acción individual de cada municipio -gobierno municipal y munícipes -, pero todos con el mismo norte, permitirá que “célula por célula” nuestra Ecosfera sane y podamos evitar el punto de no retorno. Como podemos ver, es una tarea de todos y por eso ocupamos autoridades municipales claramente conscientes y responsables de las urgentes tareas que deben emprenderse.

Acciones nacionales y planetarias: autoridades de gobierno central deben promover acciones estratégicas nacionales que faciliten a los municipios la aplicación de medidas locales en el menor plazo posible. En muchos casos, el marco jurídico vigente debe ser cambiado para adaptarse a la condición de crisis en la que nos encontramos. Las mismas medidas estratégicas señaladas, aplican a un marco nacional que defina una política de gestión para salvar la Ecosfera terrestre.

A nivel mundial, también urgen acciones estratégicas. Una de las más importantes es salvar los océanos y la vida que en ellos reside. Es vital, pues la Ecosfera marina también se encuentra en un grave peligro. También es urgente integrar el Principio de Sustentabilidad Ambiental (ver www.allan-astorga.com) en la Economía, pues de lo contrario, el sistema económico se volverá un gran obstáculo global para que podamos evitar llegar al punto de no retorno.

Las acciones y programas de la ONU deben ser reforzados y acelerados, como por ejemplo los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030. Urge hacer inversión en estos programas globales. Menos gastos en armas y guerras y más inversión en salvar la Ecosfera planetaria.

Hay más medidas y acciones a tomar, pero aquí hemos enunciado las principales. Con esta base, será sencillo hacer una serie de preguntas a los candidatos y candidatas para saber si de verdad están preparados para asumir los enormes retos que tendrán que enfrentar.

¿Tendrán los candidatos y candidatas, aspirantes a gobernar en el Bicentenario de nuestra independencia; claridad de la magnitud de su responsabilidad en la determinación de acciones y decisiones impostergables; al asumir un gobierno local con competencia territorial, con personalidad jurídica propia, con potestades públicas frente a sus munícipes, con potestad para operar de manera descentralizada frente al Gobierno de la República y de ejercer plenamente la autonomía constitucionalmente garantizada y reforzada con basta jurisprudencia constitucional; para tomar las decisiones urgentes que salvaguarden la vida en su cantón, en el país y en el planeta?

La falacia de la riqueza petrolera de Costa Rica

A propósito del inicio de recolecta de firmas para realizar un Referéndum a fin de que sociedad costarricense tome la decisión de que, nuevamente, se inicien labores de exploración y eventual explotación petrolera en país, así como por el hecho de que, se tramita en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley, para, más bien, renunciar para siempre a esa actividad en nuestro país, como parte de los compromisos adquiridos en los Acuerdos de París del 2015 y en la Política de Descarbonización que ha desarrollado la actual administración del gobierno del bicentenario, se hace muy importante aclarar a los costarricense interesados algunos aspectos relevantes.

Potencial petrolero de Costa Rica: el autor de este artículo laboró para RECOPE como geólogo de exploración petrolera durante cerca de 15 años. Realicé exploración petrolera en Costa Rica y en el sur de Nicaragua, en coordinación con el gobierno de Nicaragua y la empresa petrolera noruega (Statoil). Contribuí con otros colegas petroleros a organizar la información de los bloques petroleros de Costa Rica, así como la compilación de información de casi 100 años exploración petrolera en Costa Rica. La información, para el año 1990 era que las cuencas sedimentarias de Costa Rica tenían algún tipo de potencial petrolero, por sus características geológicas. Incluso, como parte del modelado básico se hicieron estimaciones de que, bajo determinadas condiciones, aún no probadas, sino especulativas, en ese momento, se podrían encontrar determinados volúmenes de hidrocarburos en nuestras cuencas sedimentarias. Aclaro que se trata de una estimación de potencialidad, no se de seguridad de existencia de yacimientos, y menos de reservas probadas.

Este punto es particularmente importante de señalar, en la medida de que el señor Ingeniero Carlos Roldán, quien es responsable de la recolecta de firmas, en sus entrevistas, señala que esos estudios de Potencial Petrolero de Costa Rica concluyen, según él, que bajo el país hay una riqueza de yacimientos de petróleo con valor actual de 270 mil millones dólares y que con eso se podría pagar 10 veces la deuda del país. Cabe aclarar que es absolutamente falso y engañoso.

Costa Rica tiene un limitado potencial petrolero y no es cierto que se tengan yacimientos petroleros identificados y mucho menos reservas probadas con ese enorme valor económico. Viéndolo así, nos damos cuenta de que la base para argumentar la realización de un Referéndum no existe, es falsa y totalmente especulativa y, además, va a resultar onerosa para todos los costarricenses.

Costos de la exploración petrolera: la exploración petrolera es cara. Sobretodo en un país geológicamente complejo como lo es Costa Rica. Y esta es la “trampa” que tiene la Ley que se quiere aprobar por medio del Referéndum, pues la misma plantea que sea RECOPE la que haga la inversión en la exploración petrolera. Nos preguntamos: ¿Quiénes pagarán esos costos y por qué medio? ¿Sería con un aumento del precio de los combustibles? Y si no se encuentra petróleo ni gas natural,¿quién asumirá la responsabilidad por esa inversión que se habría realizado? Nuevamente, todos nosotros.

La otra alternativa, que es levantar la moratoria y permitir que sean las transnacionales petroleras las que realicen la exploración, tampoco es muy rentable, dado que en caso de que esas empresas hagan la inversión de la exploración y encuentren un yacimiento, se dejarían el 85 % del recurso. Esto sin contar, el costo ambiental que tendría para el país, el hecho de que se de una explotación petrolera. En este caso, cabe señalar que es mejor ver el reciente ejemplo del Ecuador y los daños ambientales que se han producido por la explotación petrolera en ese país que compararse con Noruega.

Como se puede ver, por cualquiera de los dos lados que se quiere mirar, el riesgo de aventurarse a realizar una exploración petrolera puede ser muy costoso y al final, puede que no de ningún resultado. En Costa Rica se hizo casi 100 años de exploración petrolera sin que se encontraran resultados positivos. No tenemos ninguna seguridad de que se van a encontrar yacimientos comerciales de petróleo. Todo es una absoluta especulación.

Dirección contraria: Costa Rica es reconocida a nivel internacional como un país líder en la protección del ambiente. La política de descarbonización que se está aplicando es tomada como ejemplo mundial de como se toma con seriedad la aplicación de los Acuerdos de París 2015. La economía debe descarbonizarse y alejarse de la dependencia de los hidrocarburos, para utilizar energías limpias. Desde esta perspectiva los costos directos e indirectos que tendría para el país, que Costa Rica cambie su política ambiental e intente desarrollar actividades extractivistas, como la minería metálica y la exploración y eventual explotación petrolera, pueden ser muy contraproducentes.

Costa Rica se ha desarrollado sin una actividad extractivista que es muy dañina al ambiente, sobretodo en un país tropical y ambientalmente frágil. Además, en el contexto de tres alertas mundiales establecidas por las Naciones Unidas durante el último año: Desastres por Cambio Climático, Extensión de Especies y Peligro de no producir alimentos como productos del deterioro de la Ecosfera terrestre; plantear la realización de actividades como la minería metálica y la exploración petrolera, resulta absolutamente contradictorio y hasta irresponsable.

Alternativas energéticas: el quemado de los hidrocarburos y del carbón son los principales responsables de la aceleración artificial (antropogénica) del Cambio Climático y la Variabilidad Climática. Es hasta inconsciente que un país como Costa Rica, plantee volver al pasado para intentar usar hidrocarburos a pesar la grave situación ambiental que está pasando nuestro planeta. Costa Rica debe servir de ejemplo y ser líder en el proceso de cambio que urge realizar. Para eso debe buscar nuevas alternativas energéticas.

Una de esas energías alternativas es la Geotermia de baja y media entalpía (fuera de los parques nacionales). Nuestro país tiene un gran potencial, aproximadamente el 40 % de su territorio tiene potencial geotérmico de baja y media entalpia. Es una energía limpia, sustentable y firme. Es la energía del futuro para nuestro país, junto con otras alternativas como el hidrógeno y los biocombustibles.

Nuestro país tiene la responsabilidad moral y ambiental de ser líder en el planeta para avanzar hacia el futuro, haciendo lo cambios para evitar que nuestro sistema colapse. Es posible hacerlo, pero se ocupa hacerlo pronto. Por eso, el planteamiento de estas ideas retrógradas sobre la minería metálica o los hidrocarburos, nos hacen perder tiempo valioso, que no tenemos. Es hora de avanzar de forma sustentable hacia el futuro y no volver al pasado

Apocalipsis 2050: o hacemos algo, o nos extinguimos

No es el título de una película de ciencia ficción: es una realidad. El último informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del mes de marzo del 2019 (“Perspectivas del Medio Ambiente Mundial) así lo señala. El asunto es muy serio y requiere de “ponernos serios” para atenderlo, con la mayor prioridad. Ya casi no queda tiempo para hacer algo. Y no se trata de nosotros, las generaciones actuales, sino del futuro de nuestros niños y jóvenes e, incluso, de los que aún no nacen. Tenemos que hacer un cambio efectivo y real. No podemos perder más el tiempo.

Ecosfera en peligro: como hemos dicho antes (ver www.allan-astorga.com), la Ecosfera es una zona muy delgada (200 metros máximo) que cubre la corteza terrestre y que interactúa con la atmósfera, tanto continental como oceánica que es donde se ha desarrollado y evolucionado la vida en el planeta, durante los últimos 4 mil millones de años. Por otras características geográficas y climáticas se divide en Biomas. La Ecosfera terrestre es la responsable de mantenernos con alimentos y con oxígeno, además de atrapar el carbono y salvaguardar la biodiversidad. Sin una Ecosfera sana, tanto continental, como marina, la humanidad la pasaría muy mal. Es como si en una nave espacial, el invernadero que produce alimento y aire, de pronto ya no pudiera hacerlo. Las esperanzas de vida de los tripulantes de la nave serían muy reducidas. Así de serio es el asunto.

Extinciones previas: el registro geológico nos muestra que hasta ahora han ocurrido cinco grandes extinciones masivas en la Ecosfera terrestre. Han sido devastadoras, unas más que otras. A pesar de eso, la vida ha sobrevivido en el planeta, empero, han sido otras formas de vida y la recuperación completa de la Ecosfera se mide en tiempo geológico, es decir, en millones de años.

Sexta gran extinción: desde que se inició la era industrial cerca del año 1800, con el crecimiento exponencial de la población humana, también ha sido exponencial el grado de extinción de especies en la naturaleza. Hemos llegado a un nivel tal, que ya la ONU ha ratificado que nos encontramos dentro de la sexta gran extinción masiva de especies. La diferencia de esta extinción, respecto a las cinco anteriores, es que no tiene causas “naturales”, sino que se debe la especie humana y su economía depredadora, que ha sobreexplotado los recursos de la Ecosfera hasta su límite crítico.

Perspectiva futura: los problemas que enfrentará la humanidad en los próximos 30 años son muy serios y graves. No solo van a ser los efectos del Cambio Climático, a ellos se suma, la pérdida de suelo fértil con la consecuente pérdida de producción de alimentos, la pérdida de biodiversidad, la contaminación severa de los océanos y consecuentemente, su incapacidad para aportar a la humanidad alimentos.

De no hacerse los cambios necesarios ya, para el año 2050 (como máximo) alcanzaremos un punto de no retorno, es decir, en donde por más esfuerzos que se haga, ya va a ser muy tarde. La humanidad entera conformaría una especie más que entraría en extinción, como parte de la extinción que ella misma ha provocado. Las proyecciones son tan graves, en tantos campos, que por donde quiera que se vea, causa preocupación: se darían grandes desplazamientos de miles de millones de personas, los territorios que hoy tienen bosques, serán desiertos, el agua faltará a miles de personas y se desarrollarán nuevas enfermedades provocadas por superbacterias que afectarán la salud de las personas. Esto, solo por mencionar algunas de las muchas proyecciones apocalípticas de nuestro fin como civilización y como especie. Si a esto le sumamos los desastres provocados por Georiesgos, el panorama no es nada halagador, todo lo contrario, es sumamente preocupante.

Para los que consideren que la tecnología sería la solución, desafortunadamente, nuestro problema es tan enorme, que no va ser posible que todo se resuelva, con solo aplicar tecnología sofisticada. Más bien esa tecnología servirá a los países más ricos para tratar de sobrevivir, y para controlar la inmigración de las zonas del mundo más afectada. Por eso, es que la solución es aplicar esa tecnología, desde ahora, pero de manera intensa y rápido. No hay tiempo de espera.

Camino a seguir: además de las acciones que se están realizando para la descarbonización de la economía y las cuales, se deben acelerar aún más; urge tomar acciones concretas para salvar la Ecosfera terrestre. La primera gran tarea tiene que ver con la realización de un efectivo Ordenamiento Ambiental del Territorio (OAT) que permita realizar una correcta planificación territorial. Urge delimitar con verdadero criterio científico, las zonas urbanas, las zonas agrícolas y las zonas de bosques para protección de la naturaleza y la biodiversidad. Necesitamos ciudades resilientes (ante los efectos del cambio climático y los Georiesgos) y ecológicas. Las zonas agrícolas requerimos reforestación estratégica y agricultura y ganadería regenerativa. Necesitamos reforestar y proteger las áreas de bosques y crear más áreas de conservación.

Los mares deben liberarse de los desechos y vertidos. Debe resguardarse de la sobreexplotación pesquera y tienen que administrarse como un recurso vital para la salvación de la humanidad.

Poder de uno: es comprensible que todos nos sintamos impotentes ante este tipo de noticias. La mayoría hace su esfuerzo individual, y trata de cuidar el ambiente: ahorrando agua, energía, reciclando, etc. Todo eso es útil. Pero también podemos incidir de otra manera: tenemos que elegir autoridades políticas (en las municipalidades, en congreso, en el Poder Ejecutivo) que realmente tomen estas tareas en serio y que asuman verdaderos compromisos de atender la tarea más prioritaria que tiene la humanidad: la salvación de su especie por medio de la salvación de la Ecosfera terrestre, nuestra casa común.

No hay tiempo que perder. Se requieren acciones rápidas y concretas.