Falacia “geológica”

La moratoria a la minería decretada por la Administración Chinchilla en mayo pasado, nos dice la presidenta del Colegio de Geólogos de Costa Rica, es una moratoria a la investigación geológica y a la posibilidad de enriquecer el acervo de conocimientos científicos de nuestro país,

Como profesor universitario en geología y como investigador, considero que llegar a semejante conclusión es una falacia, pues significa limitar la investigación científica en las ciencias geológicas a los “productos” que puedan generar los trabajos de prospección y exploración minera metálica.

Muy pocos resultados: yendo a los hechos y no a las palabras, podemos darnos cuenta que la contribución real de las “investigaciones de la minería metálica” en nuestro país, son reducidas, pues en lo que se han concentrado, fundamentalmente, es en saber si hay recursos mineros explotables o no. Ninguna de las grandes interrogantes geológicas que tiene nuestro territorio se ha respondido gracias a la información aportada por las investigaciones de minería metálica.

Es más, según el Código Minero del año 1982, una de las funciones de la Dirección de Geología y Minas es “elaborar el mapa geológico del país”. Paradójicamente, el último mapa que publicó esta Dirección, con una participación significativa, fue de ese año, hace 28 años, con lo cual surge la pregunta: ¿de qué ha servido la información geológica de los expedientes mineros metálicos durante estas casi tres décadas? ¿cuántos artículos científicos han resultado de dicha investigación?

Investigación geológica: por la naturaleza geológica que tiene Costa Rica, la investigación geológica es de gran importancia para el quehacer nacional. No solo para prevenir desastres con una efectiva gestión del riesgo, sino también para contribuir en la solución de problemas geológico – geotécnicos como los de las carreteras, cuyas consecuencias de diseños inapropiados, vemos casi todos los días en los noticieros. La investigación geológica se requiere también para el ordenamiento del territorio, para la evaluación y desarrollo de proyectos e incluso para la gestión ambiental integral. En este sentido, es claro que tanto el Colegio de Geólogos, como la Escuela Centroamericana de Geología y los profesionales de estas ciencias, debemos tomar medidas claras sobre las necesidades reales de país, tanto en la actualidad como hacia futuro, y concentrar esfuerzos en esa dirección.

Servicio Geológico de Costa Rica: durante casi 30 años, el Código de Minería, con un risible canon minero de 2 % como beneficio neto para el país, ha hecho que la Dirección de Geología y Minas funcionara fundamentalmente como Dirección de Minería. Se cumplía el mandato de fomentar la actividad minera en el país, y dejando en un plano casi invisible, sus tareas como Dirección de Geología, las cuales a todas luces resultan de mucho mayor valor estratégico para el país. Esto, a casi tres décadas de distancia se podría calificar de un error histórico, el consecuente contribución en el atraso del país.

En este sentido, ahora que se habla de una modificación del Código de Minería, para declarar al país libre de minería metálica a cielo abierto, resultaría de gran importancia que se modificara el artículo 97 del Código, y se le diera a dicha Dirección, por medio del mismo “funciones de Servicio Geológico de Costa Rica”, a fin de cumpla tareas concretas de “fomento a la investigación geológica del territorio nacional” y a “la producción, edición y actualización continua de mapas geológicos a diversas escalas del país”. Esto para que “se coadyuve y acelere un proceso efectivo de ordenamiento del territorio y de la gestión del riesgo”, tal y como ordena la Ley Nacional de Emergencias.

Esta transformación de la Dirección de Minería a Dirección de Geología, como Servicio Geológico de Costa Rica, es lo que necesita realmente el país y resulta de gran trascendencia para su desarrollo futuro .

La minería metálica no necesariamente es requisito para llevar a un país hacia el desarrollo económico. La realidad económica de países centroamericanos indica que este tipo de minería no resuelve los problemas de pobreza y subdesarrollo, muy por el contrario. En particular cuando las condiciones tropicales, hidrológicas, de fragilidad ambiental y tradición cultural de un país como Costa Rica dirigen su modelo de desarrollo hacia actividades más sostenibles y menos impactantes como el ecoturismo, turismo comunitario, el geoturismo, las energías renovables y otras que hay que hacer más sostenibles como el desarrollo inmobiliario desordenado, la agricultura, la ganadería y el aprovechamiento de los recursos marinos. Sin embargo, un país con las condiciones geológicas de Costa Rica, no puede avanzar hacia el desarrollo sin un eficiente Servicio Geológico y un correcto ordenamiento de su territorio, para lo que la investigación y la información geológica resultan claves.

Cianuro y Crucitas: veneno y envenados

Colaboración con Javier Baltodano.

El cianuro es una sustancia química compuesta por hidrógeno y nitrógeno que es conocida comúnmente por su letal característica de ser un veneno altamente tóxico. No obstante, es una sustancia que existe en la naturaleza y a la cual el ser humano le ha dado muchos usos, principalmente en la industria. En la minería metálica se aprovecha una propiedad que tiene para separar los metales, particularmente el oro, de las rocas molidas, mediante un proceso que se llama lixiviación. Este último proceso exige grandes cantidades de agua: para obtener, por ejemplo, 1,21 gramos de oro en Crucitas, se deberán triturar y tratar 1.000 kg de material (roca) utilizando 2.000 litros de agua.

Internacionalmente se acepta que el agua potable contenga cuando mucho 0,2 partes de cianuro por millón de partes de agua (0,2 ppm). A su vez, en el aire se permite como máximo 10 partes de cianuro por un millón de partes de aire (10 ppm).

La minería metálica utiliza para HYPERLINK "http://es.wikipedia.org/wiki/Hidrometalurgia" \o "Hidrometalurgia" hidrometalurgia el 6% del cianuro empleado en el mundo, con lo que sustituyó al antiguo método de extracción por amalgamado de metales preciosos con HYPERLINK "http://es.wikipedia.org/wiki/Mercurio_(elemento)" \o "Mercurio (elemento)" mercurio. El cianuro no es persistente ni asfixiante, ya que en la naturaleza se destruye por acción de la luz solar (por medio del ozono), descomponiéndose por HYPERLINK "http://es.wikipedia.org/wiki/Oxidaci%C3%B3n" \o "Oxidación" oxidación en gases de óxido de carbono y de nitrógeno.

Hay que tener mucho cuidado al manejar el cianuro, para efectos de prevenir el contacto dañino de parte de los trabajadores. Peligros: para las personas es muy tóxico por inhalación, en contacto con la piel y por ingestión. Causa quemaduras en la piel y ojos y hasta la muerte por ingestión directa. Una porción de cianuro más pequeña que un grano de arroz sería suficiente para matar a un adulto. La exposición a largo plazo a una dosis subletal podría ocasionar dolores de cabeza, pérdida del apetito, debilidad, náuseas, vértigo e irritación de los ojos y del sistema respiratorio.

Para el medio ambitente: en contacto con ácidos libera cianuro de hidrógeno, un gas muy tóxico. Para las plantas y los animales, el cianuro es extremadamente tóxico. Derrames de cianuro pueden matar la vegetación e impactar la fotosíntesis y las capacidades reproductivas de las plantas. En cuanto a los animales, el cianuro puede ser absorbido a través de la piel, ingerido o aspirado. Concentraciones en el aire de 200 partes por millón de cianuro de hidrógeno son letales para los animales, mientras que concentraciones tan bajas como 0,1 miligramos por litro son letales para especies acuáticas sensibles. Concentraciones subletales también afectan los sistemas reproductivos, tanto de los animales como de las plantas.

En el proceso de lixiviación, para extraer el oro de unas 6.400 toneladas de roca molida al día, como en el caso de Crucitas, se requerirían 1.500 kilogramos de cianuro (según datos del estudio de impacto ambiental (EsIA) de Crucitas del 2002). Esto significa que en un mes se consumirían 45.000 kilos de cianuro y en un año cerca de 540.000 kilos. En 9 años, que es aproximadamente la vida útil del proyecto, se requerirían cerca de 5 millones kilogramos!
Todo el ciclo. Debido al carácter altamente tóxico del cianuro, el problema no lo representa solamente su uso en el proceso de extracción minera, sino todo su ciclo, es decir, desde su acarreo (vía terrestre o aérea) hasta la mina, su almacenamiento, su manejo, el procesado minero mismo, las emisiones gaseosas que se producen, las infiltraciones al suelo, las aguas residuales que se producen con cianuro y hasta los mismos desechos de rocas molidas, que quedan impregnados de cianuro y metales pesados liberados por el proceso.

En minería metálica se suma a esta problemática la cantidad de material que se procesa diariamente, que en el caso de Crucitas será de 6.400 toneladas diarias en promedio y durante nueve años. A diferencia de otras industrias, en minería, por el costo, los desechos tienen que disponerse lo más cerca posible de la mina. En Crucitas esos desechos (aguas y roca molida con cianuro y metales pesados, entre ellos se encuentran arsénico, antimonio, cadmio, cromo, plomo, níquel, selenio, talio, que serán naturalmente liberados por la molienda de la roca de la cual solo se extraerá el oro y la plata) se dispondrán en un lago artificial, de casi 150 hectáreas, el cual debería perdurar durante muchos años o décadas después de que la minera se haya cerrado.Recientemente, en mayo del 2010, el Parlamento Europeo, en su Resolución Nº 2010-0145, declaró que “el cianuro es una sustancia química altamente tóxica utilizada en la minería del oro y en la directiva marco sobre política de aguas, está clasificado como uno de los principales contaminantes. Puede tener un impacto catastrófico e irreversible en la salud humana y el medio ambiente”. En esta misma resolución se establece que la minería no crea empleo real ni duradero y que “es una industria insegura”. Además, recuerda que hubo accidentes, y advierte que los seguirá habiendo. Se señala, además, que tanto la salud humana como el ambiente corren peligro con la minería en base a cianuro.

Recuerda que en los últimos 25 años se registraron más de treinta accidentes importantes relacionados con el uso de cianuro. También se reconoce que –a pesar de los controles, leyes y promesas empresarias– “no existe ninguna garantía real de que no se vuelva a producir un accidente semejante”.

Ante todo esto, se recomienda prohibir el uso del cianuro en la minería y se solicita una moratoria al 2011 para toda actividad minera con base en cianuro en el Viejo Continente. Aspecto que debe llevar a la reflexión a los países en vías de desarrollo, como Costa Rica, caracterizados, a diferencia de Europa, por contar con una legislación ambiental y minera más débil y permisiva, así como instituciones y entidades de control ambiental con capacidades muy limitadas y, para colmo de males, con condiciones ambientales y sociales mucho más frágiles (suelos tropicales muchos más vulnerables que los suelos en Europa, fenómenos climatológicos más impredecibles como sequía, o aumento importante del régimen de precipitación, sin hablar de huracanes, cuya ruta pasa al Sur de Nicaragua e impacta con su cola la Zona Norte).

Mal negocio. El caso de Crucitas es un ejemplo muy claro, pues además del enorme riesgo que implica el uso del Cianuro, durante casi 10 años de operación de la mina, en un sitio con precipitaciones del orden de los 3.500 mm/año o más, vulnerable al paso de huracanes, rico en recursos hídricos que drenan hacia el Río San Juan, un río limítrofe, lo que haría que un accidente de contaminación genere un problema ambiental, social y político de dimensiones colosales; también se suma el hecho de que para la ejecución el proyecto debe eliminar casi 200 hectáreas de bosque natural, con gran potencial de biodiversidad, mucha de ella ni siquiera registrada aun por el INBIO, un suelo de buena calidad, e impactar de forma directa dos acuíferos en el subsuelo. Todo esto, para extraer oro, cuyos principales y mayores beneficios se irán fuera del país, a las arcas de la empresa minera, dejando beneficios muy limitados a las comunidades -comenzando por un canon minero vetusto del 2% sobre regalías del Código de Minería, que el anterior Gobierno, en una propuesta de revisión, quiso rebajara a 1,5 %, y una situación incierta sobre los riesgos al que quedaría expuesta la laguna de relave una vez que la empresa se vaya dentro de 11 años. Recordemos que, mientras un cierre técnico de un relleno sanitario es de 15 años según nuestra legislación, en el caso de Crucitas están previstos tan solo 18 meses de cierre técnico. En otras palabras: "Una vez retirada la empresa, que corra el país con los problemas acaecidos, ya no es nuestro problema".

Crucitas y la lucha que se está dando por parte de la sociedad costarricense, que en un porcentaje cercano al 90% se opone a la minería metálica, es un símbolo no solo para Costa Rica, sino para muchos de los países tropicales y, en general, para los países en vías de desarrollo, de cómo un país puede hacerse respetar y obligar a que respete un modelo de desarrollo socioeconómico y ambiental, verdaderamente sostenible, y no solo basado en el beneficio de un reducido grupo bajo el sacrificio de una mayoría, incluso de aquellos que todavía no han nacido.

Acuíferos, pozos y Crucitas

En San Carlos, bajo el sitio del Proyecto Crucitas, se presentan dos acuíferos, el superior y el inferior. El primero se encuentra a unos 7 metros bajo el suelo y es de poca extensión, por lo que es un acuífero local. El segundo, se encuentra a 50 metros de profundidad, es de mayor extensión, por lo que se ha llamado acuífero regional. Este acuífero tiene además, bajo Crucitas, una característica especial, es surgente, es decir que el agua sube a presión en un pozo, sin necesidad de usar una bomba para su extracción. Ambos acuíferos, bajo Crucitas, tienen limitaciones de calidad, el superior por ser ácido y el inferior por tener más hierro de la cuenta. Esta característica NO los hace despreciables, tan solo implica que en caso de querer utilizarse el agua debería ser tratada para neutralizarse esa característica de “contaminación natural y local” que tienen.

El desarrollo del Proyecto minero Crucitas, impactará directamente ambos acuíferos. Así lo ha reconocido la empresa Infinito Gold. El acuífero superior, bajo la mina, ya que se encuentra muy cerca de la superficie será impactado de diversas formas, por efectos directos en los tajos, por contaminación debido a la actividad minera, por el uso de combustibles y por la misma laguna .

El acuífero inferior. El acuífero inferior, el regional, como está confinado, es decir, protegido por capas de rocas impermeables, en principio no puede ser afectado por las sustancias contaminantes que se infiltran en el suelo, más si va a ser impactado, dado que en la excavación del tajo, la minera lo interceptará, ya que los tajos previstos tendrán hasta 67 m de profundidad. Será un “lago de aguas interceptadas”, el lago del Tajo Fortuna, por donde los contaminantes (sustancias químicas), podrán ingresar al acuífero inferior. Durante la explotación, la salida de agua en el piso del tajo, será espontánea y en gran cantidad. Tanto que la minera tendrá que extraer el agua para poder seguir explotando la roca con oro del fondo del tajo. Este hecho tiene un impacto más allá del área de la mina, en el subsuelo, ya que provocará que el nivel freático regional del acuífero descienda.

Además, de esto, según lo señalan los estudios hidrogeológicos que la empresa Infinito mandó a realizar para el área donde se ubicaría la mina, el agua subterránea en este acuífero se mueve en dirección contraria al río San Juan, hacia el suroeste, donde a pocos kilómetros se localizan importantes pozos de abastecimiento público de Acueductos y Alcantarillados! En una nota de enero del 2007 de Senara que consta en el expediente de Setena, en otra de diciembre del 2008, reiterada nuevamente en mayo del 2010, la Dirección de Investigación y Gestión Hídrica de Senara afirmó que la institución no ha realizado ningún estudio de campo y no cuenta con mayor información sobre las aguas subterráneas en esta zona precisa.

Proceso de revisión. Es claro que el impacto del proyecto minero Crucitas será importante, aunque se quiera minimizar. Es un impacto ambiental que debió ser evaluado con detalle por medio de una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) completa y coherente por parte de la Setena y de la sociedad en general, durante el proceso de revisión. Proceso que no se dio porque la minera no presentó una EIA integral como lo exigía la misma legislación, con el cambio de diseño y con el incremento del volumen a explotar de 8 a 22 millones de toneladas, y pasar de 10 metros a 67 metros de profundidad. Este hecho que fue alegado en la Sala Constitucional, se “subsanó”, según consideraron 5 magistrados de dicha Sala, durante el proceso judicial, mediante el “aval” que supuestamente Senara dio, en un tiempo muy corto, al informe técnico hidrogeológico que presentó la Minera.

La consulta al Senara, y en particular a su Dirección de Gestión Hídrica, donde se encuentran sus hidrogeólogos está normada desde el 2007, por el Reglamento para regular la prestación de servicios en materia de aguas subterráneas (Acuerdo No. 3342 de la Junta Directiva de Senara).

Esa Dirección, el 3 de diciembre del 2008, por medio del oficio ASUB – 543 - 08, referente al recurso de amparo sobre Crucitas, concluye que la información técnica aportada por la minera es local o puntual y además, indica que el Senara no cuenta “con información que permita definir las zonas de recarga y descarga y el impacto de la actividad minera a los mantos acuíferos y las aguas superficiales”, por lo que indica que “se requiere de la elaboración de estudios hidrogeológicos detallados para la valoración de los impactos de la actividad minera puede generar sobre los mantos acuíferos, para lo que se estima se requiere de un tiempo estimado de 10 a 12 meses en su ejecución”.

Dicho estudio técnico no ha sido realizado, ni por el Senara, ni por ningún otro profesional en hidrogeología. Esto, pese a que podrían estar poniéndose en peligro de contaminación pozos de abastecimiento público en la zona.

Consecuencias internacionales. La duda persiste, y es una muy importante. La reciente"intercepción" imprevista de la concesionaria Autopistas del Sol del acuífero del Barva y la sentencia 2010-10750 del 18 de junio pasado por parte de la Sala Constitucional, evidencia la necesidad de mayores estudios para cotejarlos presentados por una empresa privada y para prevenir un daño ambiental.

En el caso de Crucitas, no solo se estaría poniendo en peligro un recurso natural estratégico muy importante para el país, sino que además, podría tener consecuencias internacionales, en caso de que se demuestre que es un acuífero regional de tipo internacional ("acuífero transfronterizo" segúnla nomenclatura de las Naciones Unidas, la cual ya tiene aprobado un anteproyecto de convención respecto al "Derecho aplicable a los acuíferos transfronterizos", aprobado por la Asamblea General de la ONU en enero del 2009). La duda debió ser aclarada, con el debido criterio científico e imparcial, antes de que se fallara sobre este polémico proyecto en la Sala Constitucional. Pero no lo fue y ahora persiste gravemente.

Hidrogeología, Senara y Crucitas

La hidrogeología es la disciplina de la geología que estudia las aguas subterráneas que se almacenan y se movilizan en las rocas del subsuelo. Cuando estas acumulaciones hídricas aportan agua por medio de manantiales o pozos se denominan acuíferos. Puede afirmarse que los acuíferos son grandes reservas de agua subterránea, que como tales, son de gran importancia para el desarrollo humano. Conforme más extenso es el acuífero, más  importancia y valor estratégico tiene.

En la zona norte de San Carlos, debajo de donde se va a localizar el Proyecto Crucitas, se presentan dos acuíferos, el superior y el inferior. El primero se encuentra alrededores de 7 metros bajo el suelo y es de poca extensión, por lo que se dice que es un acuífero local. El segundo se encuentra a cerca de 50 metros de profundidad, es de mayor extensión, por lo que se ha llamado acuífero regional. Este acuífero tiene además, bajo Crucitas, una característica especial, es surgente, es decir que el agua sube a presión en un pozo, sin necesidad de usar una bomba para su extracción. Ambos acuíferos, bajo Crucitas, tienen limitaciones de calidad, el superior por ser ácido y el inferior por tener más hierro de la cuenta. Esta característica, sin embargo, no los hace despreciables, tan solo implica que en caso de querer utilizarse el agua debería ser tratada para neutralizarse esa característica de “contaminación natural y local” que tienen.

El desarrollo del Proyecto Crucitas impactará directamente ambos acuíferos. Así lo ha reconocido la empresa Infinito. El acuífero superior, bajo la mina, dado que se encuentra muy cerca de la superficie, será impactado de diversas formas, por efectos directos en los tajos, por contaminación debida a la actividad minera, por el uso de combustibles y por la misma laguna de relaves, etc. El acuífero inferior, el regional, como está confinado, es decir, protegido por capas de rocas impermeables, en principio no puede ser afectado por las sustancias contaminantes que se infiltran en el suelo, pero sí va a ser impactado, dado que en la excavación del tajo la minera lo interceptará, ya que los tajos previstos tendrán hasta 67 metros de profundidad. Será un “lago de aguas interceptadas”, el Lago del Tajo Fortuna, por donde los contaminantes (sustancias químicas) podrán ingresar al acuífero inferior. Durante la explotación, la salida de agua en el piso del tajo será espontánea y en gran cantidad. Tanto que la minera tendrá que extraer el agua para poder seguir explotando la roca con oro del fondo del tajo. Este hecho tiene un impacto más allá del área de la mina, en el subsuelo, ya que provocará que el nivel freático regional del acuífero descienda.

Faltante de estudio. Es claro que el impacto del proyecto minero Crucitas será importante, aunque se quiera minimizar. Es un impacto ambiental que debió ser evaluado con detalle por medio de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) completo y coherente por parte de la SETENA y de la sociedad en general, durante el proceso de revisión. Proceso que no se dio porque la minera no presentó un EIA como el exige el Código de Minería y la Ley del Ambiente, con el cambio de diseño y con el incremento del volumen a explotar de 8  a 22 millones de toneladas. Este hecho, que fue alegado en la Sala Constitucional, se “subsanó”, según consideraron cinco magistrados de dicha Sala, durante el proceso judicial, mediante el “aval” que supuestamente SENARA dio, en un tiempo muy corto, al informe técnico hidrogeológico que presentó la minera.

La consulta al SENARA, y en particular a su Dirección de Investigación y Gestión Hídrica, donde se encuentran los hidrogeólogos de esa institución está claramente normada desde el año 2007, por medio de un Reglamento para regular la prestación de servicios en materia de aguas subterráneas (Acuerdo No. 3342 de la Junta Directiva de SENARA, publicado en La Gaceta No. 6 del 9 de enero). Ese Reglamento señala como parte de los servicios que da SENARA: b) la “elaboración de dictámenes técnicos detallados a las instituciones públicas como la SETENA, Dirección de Geología y Minas, Dirección de Hidrocarburos y otros, de los proyectos  productivos o constructivos que se tramitan ante las instituciones del Estado para efectos de su aprobación y que por un potencial riesgo a la contaminación de los mantos acuíferos se requiere de la realización de estudios especiales en materia hidrogeológica. Se emitirá un criterio en función de los estudios especiales que aporte el interesado y la información disponible en SENARA sobre las condiciones en las cuales el proyecto se pretende llevar a cabo. Lo términos de los estudios dependen del tipo o carácter de la actividad a evaluar”.

Esta Dirección el 3 de diciembre del 2008, por medio del oficio ASUB – 543 - 08, referente al recurso de amparo sobre Crucitas,  concluye que la información  técnica aportada por la minera es local o puntual y, además, indica que el SENARA no cuenta “con información que permita definir las zonas de recarga y descarga y el impacto de la actividad minera a los mantos acuíferos y las aguas superficiales”, por lo que indica que “se requiere de la elaboración de estudios hidrogeológicos detallados para la valoración de los impactos de la actividad minera puede generar sobre los mantos acuíferos”, para lo que requiere de un tiempo estimado de 10 a 12 meses en su ejecución. Dicho estudio técnico no ha sido realizado, ni por el SENARA, por ni por ningún otro profesional en hidrogeología. Esto, claro está, es a todas luces diferente a los reportes preliminares que emitió dicha Dirección a la información local y puntal que aportaron los estudios pagados por la minera bajo el sitio del proyecto Crucitas y que se han interpretado como un “aval” técnico del SENARA a la minera. 
Asunto central. Este accionar, como se puede concluir, no resolvió el asunto central de todo esto, que es determinar el alcance de los daños ambientales que producirá la mina en los acuíferos, y si sus consecuencias son más costosas que los beneficios que produce. Es claro que al no realizarse un análisis regional de los efectos en el acuífero inferior, cuya extensión, según datos de pozos en poder del mismo SENARA, algunos de ellos de abastecimiento público, parece cubrir una gran parte de la zona norte del país e incluso extenderse hacia Nicaragua; dicha duda permanece y, por tanto, existe la necesidad de que se resuelva con la realización de los estudios técnicos detallados y amplios que debieron haberse hecho como parte del EIA que no se hizo.

La duda persiste, y es una muy importante, dado que se estaría poniendo en peligro un recurso natural estratégico muy relevante para el país y que incluso podría tener consecuencias internacionales, en caso de que se demuestre que es un acuífero regional de tipo internacional ("acuífero transfronterizo" según la nomenclatura de las Naciones Unidas, la cual ya tiene aprobado un anteproyecto de convención respecto al "Derecho aplicable a los acuíferos transfronterizos", aprobado por la Asamblea General de la ONU en enero del 2009). La duda debe ser aclarada, con el debido criterio científico e imparcial, antes de que se tome cualquier decisión sobre la minera en Crucitas.

Balance ambiental 2006 - 2010

En el discurso del 1 de mayo del 2010, el presidente Arias, dedicó dos minutos para hablar sobre sus “logros” en ambiente. Hizo una lista, de lo que él considera, el gran avance del país durante su gestión. Vale la pena analizarlos en su dimensión real, para ponderar este "autobalance".

Árboles sembrados y bosques perdidos. Don Óscar habla de que en estos 4 años se sembraron 19 millones de árboles. No menciona que más de la mitad de esos árboles son plantaciones de monocultivos que no implican un ecosistema boscoso. Tampoco, que muchísimos de esos árboles sembrados por estudiantes y comunidades, se pierden en la maleza al haber omitido del Programa “A que siembras un árbol” prever el cuidado de las plántulas. Se obvió el tema, medible, de los bosques que se han perdido por el agresivo desarrollo inmobiliario que su administración favoreció en Guanacaste, el Pacífico central y sur, el Caribe y hasta en las zonas altas del Valle Central. Desarrollo inmobiliario que ha producido reducciones de bosque hasta de un 10 % en como Tamarindo y el cantón de Carrillo, que a ese ritmo, implicaría la destrucción de los ecosistemas boscosos en menos de 50 años.

Tampoco menciona el efecto de la expansión piñera que ha afectado bosques y áreas de protección de ríos, con cifras elocuentes: de 18.000 hectáreas hace 5 años a más de 54.000 en el 2009 (según el MAG). El Presidente omitió el hecho de que su administración no creó un SOLO parque nacional nuevo, sino que intentó degradar o eliminó áreas protegidas (Gandoca –Manzanillo, San Lucas, Tivives, Santa Ana y Baulas). Además le otorgó la conveniencia nacional al proyecto Crucitas. El balance de esta administración para los ecosistemas del país, es absolutamente negativo.

Costa Rica y el ranquin. Los avances que ha tenido el país, respecto a otros países, en materia de sostenibilidad ambiental, no son fruto de la administración Arias. El progreso ambiental de Costa Rica, es el producto de décadas de esfuerzos en la creación de áreas protegidas, de reversión de la deforestación, de lucha contra los efectos de la minería metálica y por la protección de los recursos hídricos dados, no los políticos, sino, sobretodo, las organizaciones ambientales. Decir que Costa Rica mejoró 27 puntos en la escala de sostenibilidad ambiental y que está en tercer lugar en el mundo en Desempeño Ambiental gracias a la administración Arias, implica ignorar décadas enteras de grandes esfuerzos y sacrificios de muchos.

La violación a la legislación ambiental en Suiza y en Islandia, países superados por Costa Rica en el último ranquin mundial, acarrea consecuencias muy distintas a las que las empresas que contaminan deben enfrentar aquí. En estos años, incluso, el Tribunal Ambiental no fue consolidado, sino objeto de políticas tendientes a debilitarlo; la Setena fue deliberadamente intervenida desde el Ministerio de la Competitividad para vaciarla de su mandato original, provocando la aprobación de una serie de viabilidades ambientales cuyos efectos pagaremos en el corto y mediano plazo. La pérdida exponencial de anfibios, mamíferos, arrecifes coralinos, y de la población de monos (perdimos más del 50% en estos últimos años). Los efectos de la erosión ya amenazan varias partes de los litorales.

Carbono Neutral en el 2021: aunque la propuesta es positiva y ambiciosa, es posible, por la tradición ambiental que tiene el país de proteger sus recursos naturales y no necesariamente por las acciones de esta última Administración Arias. No obstante, el árbol se conoce por sus frutos, no por sus intenciones. Decir que el país debe ser carbono neutral en el 2021 es fácil, el problema es ser consecuente y esforzado en lograrlo. En este caso, no solo quedamos en la intención, sino que retrocedemos. La entrada en operación de la Plata Térmica de Garabito es un paso atrás.

La operación minera en Crucitas una vuelta a la Edad Media. El que no se haya impulsado los compromisos en materia de ordenamiento territorial y la aprobación del Prugam 2008 – 2030, también son un retroceso e incluso un paso atrás, cuando aprovechando la viabilidad ambiental del Prugam se pretendió ampliar el anillo de contención para expander la ciudad, en áreas frágiles con bosques y nacientes. En vez de promover una Ley para el Cambio Climático que nos llevaría a esa meta, el Ejecutivo hizo todo lo posible para que se aprobara la Ley de Baulas. Como vemos, el balance entre lo que se quería y lo que se hizo, es muy negativo.

Protección de los recursos marinos: también aquí hay un doble discurso. Los temas más urgentes y graves siguen vigentes: el aleteo del tiburón, la pesca indiscriminada, la falta de protección de las áreas marinas más sensibles y la carencia de una efectiva y eficiente administración de la zona económica exclusiva, siguen pendientes de soluciones valientes y visionarias.

La iniciativa Costa Rica por Siempre, encaminada a avanzar en la protección de áreas marinas, apenas empezó y solo llegó a una pequeño porcentaje de la meta originalmente planteada, precisamente por ese doble discurso de la administración Arias que, mientras solicita donaciones y recursos para proteger el ambiente, declara de conveniencia nacional el proyecto minero metálico más grande de Centroamérica y hace presión en el Legislativo para que se apruebe una proyecto de marinas y atracaderos turísticos, se atente contra el Parque Marino las Baulas, y permite que el país haga el ridículo internacional en materia de lucha contra el aleteo de tiburón, objeto de un reciente galardón mundiala la organización que así lo ha venido denunciando desde varios años. También aquí, el balance es negativo.

Paz con la naturaleza, minería, petróleo. Vale lo señalado: son los hechos y no las palabras los que valen. Creo, sin ánimo de equivocarme, que la gran mayoría de los costarricenses nos entusiasmamos cuando escuchamos la propuesta del presidente Arias, en el 2007. Pero, creo también, que la gran mayoría está altamente decepcionada y desilusionada, por el doble discurso y porque la misma oficina ejecutora de la iniciativa, perdió apoyo presidencial desde el momento en que, con gran valentía, se opuso a la minería metálica y cuestionó la decisión sobre Crucitas. Fue esa oficina la que planteó la revisión del Código Minero y la que planteo el tema de que se mantuviera la “moratoria” a la exploración petrolera. No debemos olvidar que el exministro Dobles pretendía impulsar la exploración petrolera, pero fueron presiones como el de la iniciativa y el clamor popular contra la minería y Crucitas, lo que hizo desistir al Presidente.

Síntesis: definitivamente, pese a los palabras de don Óscar, el balance de su gestión en ambiente es sumamente negativo, tanto que el país ha retrocedido y será necesario mucho esfuerzo para volver a retomar un rumbo de sostenibilidad, y en particular, en una asunto muy importante: recuperar la credibilidad de los costarricenses en sus dirigentes y también, a nivel internacional, dado que Costa Rica, se convirtió en el país del doble discurso. Bien lo indica el último informe del Estado de la nación (2009) al señalar que el Estado ha dejado de ser un regulador de conflictos ambientales, y más bien los está generando desde el Poder Ejecutivo al tomar decisiones sin ningún tipo de consulta.