COP 28: nuevo “plato de babas” y fracaso

COP 28: nuevo “plato de babas” y fracaso

Las cumbres sobre Cambio Climático, como la COP 27 del año 2022 realizada en Egipto siguen teniendo, según nuestro criterio, un enfoque equivocado. No dudamos de que muchos de los participantes tienen la mayor y mejor voluntad de lograr avances. Más, sin embargo, todo parece indicar que se trata de un asunto de paradigma.

Hay una confusión de objetivos, prioridades y expectativas.La Crisis Climática no ha terminado y más bien está empeorando. Los recursos deben ser invertidos en acciones preventivas globales.Las acciones que apremia tomar deben ser locales, pero con visión planetaria, es decir, de acción ubicua. La efectividad de las acciones debe llevar como resultado dar insumos a los gobiernos locales para que, junto con sus comunidades, puedan tomar acciones concretas en sus territorios jurisdiccionales. Mientras esto no se haga no podemos decir que estamos avanzando.

El estado del ambiente y el equilibrio ecológico que protege nuestra Constitución Política

Agosto 27, 2023 4:25 am

Mediante la Ley No. 7412 de 3 de junio de 1994 se reformó el artículo 50 de nuestra Constitución Política. En el mismo se incluyó el derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Han pasado 30 años. Al respecto, cabe preguntarnos si ese ambiente se encuentra en el mismo estado y si el equilibrio ecológico está igual o ha mejorado, o si más bien, se ha desmejorado. Vale la pena revisar el estado de la situación y el estado del ambiente que estamos protegiendo.

Ambiente sano y ecológicamente equilibrado: es una frase muy conocida. Fue el principal derecho que se introdujo en 1994 en el artículo 50 constitucional. En el 2020 se introdujo el derecho al agua, el cual está relacionado, pero que analizaremos en otro artículo de opinión.

Pero y qué es un ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Como parte de un ambiente sano comprenderíamos un medio no contaminado, limpio, sin degradación, es decir, lo más prístino posible. Por su parte, lo de ecológicamente equilibrado abarca algo más, pues tiene que considerar la intervención de los seres humanos en ese ambiente.

Por eso, el Decreto Ejecutivo Número 31849-MINAE-SALUD-MOPT-MAG-MEIC, Reglamento General sobre los procedimientos de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), del 28 de junio del 2004 definió el concepto de Equilibrio Ecológico de la siguiente manera: “es la relación de interdependencia entre los elementos que conforman el ambiente que hace posible la existencia, transformación y desarrollo del ser humano y demás seres vivos. El equilibrio ecológico entre las actividades del ser humano y su entorno ambiental, se alcanza cuando la presión (efectos o impactos) ejercida por el primero no supera la capacidad de carga del segundo, de forma tal que esa actividad logra insertarse de forma armónica con el ecosistema natural, sin que la existencia de uno represente un peligro para la existencia del otro”.

De esta manera el equilibrio ecológico incorpora el papel activo de los seres humanos en el contexto donde, a pesar de la intervención humana, el equilibrio natural se mantiene. Como se ve, eso está directamente relacionado con la capacidad de carga o la fragilidad ambiental del medio. Por eso, la manera más apropiada de mantener ese equilibrio es que la intervención humana ocurra en los sitios de menor fragilidad ambiental. Y si corresponde con un ambiente más frágil, dicha intervención debe ser la mínima posible y procurando mitigar y compensar esos efectos negativos.

Cambio en el estado del ambiente: durante los últimos 30 años, desde que se aprobó el cambio en el artículo 50 constitucional, el estado del ambiente y del equilibrio de la Ecosfera terrestre ha cambiado significativamente. Esto, tanto en el Costa Rica, como en todo el mundo.

En 1993, en Costa Rica la población era de 3,4 millones de habitantes. En la actualidad, la población es de 1,8 millones de habitantes más, es decir de 5,2 millones en total.

Para ese mismo año, en el mundo, la población total era de 5,5 mil millones, mientras que en este momento somos poco más de 8 mil millones, es decir, 2,5 mil millones de habitantes más.

En materia de Cambio Climático el total de CO2 en la atmósfera en 1993 era de 357 ppm, lo que significaba un aumento de 0,2°C respecto a la temperatura preindustriales (alrededor de 1.800 DC). En la actualidad, el contenido de CO2 en la atmósfera es de 424 ppm, mientras que la temperatura en la atmósfera muestra un incremento de 1,2°C respecto a la temperatura preindustrial.

Nos encontramos muy cerca del umbral de 450 ppm que se ha considerado como un punto de no retorno, con una temperatura de 1,5°C. Según las proyecciones recientes, se alcanzará en los próximos cinco años, algo realmente preocupante, si tomamos en cuenta que los últimos ocho años han sido los más calientes desde que se tienen registros.

Bosques perdidos: desde 1993, la cantidad de bosques naturales perdidos en el mundo es de 420 millones de hectáreas. Eso significa un territorio de 4,2 millones de kilómetros cuadrados, es decir, un territorio que representa la mitad de la extensión de Brasil.

En Costa Rica, al contrario del resto del mundo, desde 1993 se ha dado una recuperación del bosque, no obstante, desde el 2014, según nuestros estudios de análisis de cambio de uso del suelo en particular en la región Caribe del país, esa tendencia se está revirtiendo, es decir, se está empezando a perder bosques naturales, especialmente por la explotación ilegal de madera, el fraccionamiento forestal y el cambio de uso del suelo para el desarrollo de plantaciones y construcciones.

Pérdida de biodiversidad: en el mundo, durante los últimos 50 años, se han perdido el 68 % de las poblaciones silvestres, mucho de ese porcentaje se ha dado en los últimos 30 años como producto de la deforestación, los cambios de uso del suelo y la degradación de los bosques, como en la Amazonía.

La situación en nuestro país no escapa de esta situación. La fragmentación del bosque para el desarrollo inmobiliario, el cambio de bosque para el desarrollo de monocultivos, particularmente de piña, el intenso uso de agroquímicos y plaguicidas y la degradación del bosque natural por extracción ilegal de madera, son elementos clave que han llevado a una significativa pérdida de la biodiversidad continental del país. La sobrepesca también ha hecho lo suyo en nuestros mares patrimoniales.

Otros indicadores de límites planetarios: en el mundo, durante los últimos 30 años, otros indicadores del estado de salud ambiental del planeta nos han llevado a una situación de riesgo y muy cerca de alcanzar los puntos de no retorno.

El acceso al agua potable se hace cada vez más difícil y vamos camino a problemas de abastecimiento. Los reservorios acuíferos decaen o se contaminan. En Costa Rica, la mala gestión del territorio y del recurso hídrico nos tiene en el umbral de una crisis.

El intensivo uso de agroquímicos, particularmente del nitrógeno y fósforo ha incrementado la contaminación de los mares, donde la población marina se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años. Costa Rica y sus mares no escapan a esta realidad.

La acidificación de los océanos se ha incrementado notablemente en las últimas décadas. Esto produce extinción de especies marinas y menor capacidad de absorción de CO2 por los mares. Además, la contaminación por microplásticos y otros residuos, están en incremento y hacen que los mares cada vez tengan menos vida. Costa Rica, como el resto de América Latina es una fuente importante de contaminación a los mares.

Umbral de cambio: la situación del ambiente y del estado de equilibrio de la Ecosfera terrestre, en todo el mundo y en Costa Rica, es muy seria y frágil. Mucho más frágil que en el año 1993, cuando se estableció el Acuerdo de Río (1992) y cuando se modificó nuestra constitución política.

Estamos entrando en un umbral de cambio, de forma tal que en los próximo cinco años, no solo se llegarán a los límites de no retorno respecto al Cambio Climático, sino también respecto a otros límites críticos planetarios.

Por esa razón se hace necesario que, tanto a nivel global como a nivel del país, se extremen medidas de protección del ambiente. Y no solo en materia de Cambio Climático, sino en materia de prevención y control de la contaminación ambiental, del ordenamiento y la planificación del territorio.

Es indispensable desarrollar sumideros de carbono y promover una economía circular que sea carbono negativo. Como hemos señalado ya, no es suficiente que solo se trabaje en reducir el uso de combustibles fósiles como el carbón mineral, el petróleo y el gas natural.

Es importante impulsar el desarrollo de energías alternativas y sostenibles, pero también se ocupan acciones locales a nivel de todos los municipios del mundo en materia de gestión ambiental del territorio.

Es indispensable invertir la tendencia de deterioro que tiene la Ecosfera terrestre y los límites planetarios.

En Costa Rica es de gran importancia tomar conciencia de la situación y comprender que no se trata de “aflojar” controles ambientales con el pretexto de promover inversión y desarrollo económico. Se requiere actuar con absoluta inteligencia, promoviendo una correcta gestión del territorio para impulsar el desarrollo económico sustentable mientras se protege el ambiente y trabaja en la restauración de la Ecosfera terrestre continental y marina. Como hemos señalado, nuestro país tiene la oportunidad de servir de ejemplo al mundo en este tema.

Allan Astorga
(*) El autor es geólogo ambiental y doctor en ciencias naturales (a.astorga.g@gmail.com)

Lecciones y alcances del evento de Agua Zarcas

Septiembre 3, 2023 4:25 am

Durante varios días, en el trascurrir de la segunda quincena de julio del 2023, se ha dado un evento de desastre en la zona de Aguas Zarcas de San Carlos. El domingo 23 de julio tuvo lugar un importante evento de flujo que provocó severos daños a construcciones existentes y localizadas en las cercanías del río Aguas Zarcas. Dichosamente y gracias a la intervención de vecinos valientes no estamos lamentando la pérdida de vidas humanas.

La situación acaecida y aún en desarrollo, mientras escribimos este artículo de opinión, no debe dejarse pasar como una serie de noticias de emergencia que, al paso de algunos días, se vuelve una anécdota trágica que poco a poco va quedando en el olvido. Es muy importante, resumir las lecciones aprendidas y los alcances de lo sucedido, visto con una perspectiva positiva de corrección, autocritica y planteamiento objetivo de mejora.

Con el avance de los efectos de la Crisis Climática este tipo de situaciones van seguir sucediendo con más frecuencia y, desafortunadamente, con más intensidad. Por eso, debemos prepararnos y tomar las medidas correctivas necesarias.

Aguas Zarcas y su condición de riesgo: para comprender bien la situación de riesgo en que se encuentra la ciudad de Aguas Zarcas se hace necesario aprender lo que es un abanico aluvial. Esto, porque la ciudad se encuentra sobre este tipo de cuerpo sedimentario que puede tener varios kilómetros cuadrados y que se desarrolla cuando un río sale de una zona montañosa importante.

Con el cambio de pendiente, el río que sale de la zona montañosa, pierde energía y entonces descarga gran parte del sedimento que ha arrastrado de la zona alta. Ese sedimento está conformado por grandes bloques de roca (de varias toneladas), troncos de árboles, así como grava, arena y lodo.

En el abanico aluvial, es natural que el río principal se divida en varios ríos secundarios que, más adelante, se vuelven a unir nuevamente o en su defecto desembocan en un río más grande.

El abanico aluvial es una megaestructura sedimentaria que se desarrolla en el pie de monte de una gran montaña o cadena montañosa. Es una estructura algo más elevada que la llanura aluvial y de allí que por esa condición y la presencia de agua (ríos) se haya seleccionado como sitios para fundar poblados.

Además de Aguas Zarcas, muchas ciudades en nuestro país se disponen sobre abanicos aluviales: San Isidro de Pérez Zeledón, Ciudad Quesada, Turrialba, Escazú, Santa Ana, Aserrí, Desamparados, Alajuelita y otras más, son ejemplos de esta situación.

Así, los abanicos son sitios de depositación de sedimentos que provienen de la montaña. Esa es su naturaleza. Los sedimentos cuando se depositan lo hacen en la forma de lóbulos sedimentarios que desbordan el cauce y se extienden por sus zonas aledañas. En los abanicos aluviales también es natural que, bajo determinadas condiciones, algún cauce fluvial se puede desactivar y cambia hacia otro cauce fluvial nuevo dentro del mismo abanico. Esto puede suceder de la noche a la mañana.

Cuando en la zona de montaña que alimenta el abanico aluvial ocurre un evento de deslizamiento, como en el caso del evento de Aguas Zarcas, es de esperar que el río sea el encargado de transportar todo ese sedimento desprendido, incluyendo lo árboles, hacia el abanico aluvial hasta que nuevamente se alcance la condición de equilibrio.

Debido a que la Crisis Climática acelera el fenómeno del ascenso del nivel del mar, el perfil de equilibrio del río se eleva, y eso hace que el abanico aluvial tenga más capacidad para acumular sedimento que transporta el río. Y si, eso puede suceder, aunque el abanico aluvial como el de Aguas Zarcas se encuentre a muchos kilómetros de la costa. Así es la naturaleza.

Todo esto que señalamos es un asunto de Sedimentología, es decir, la ciencia que estudia el origen, el movimiento y la acumulación de los sedimentos en la naturaleza. Y bueno, todo esto lo que nos dice es que Aguas Zarcas, es un sitio de alta a muy alta amenaza a eventos de sedimentación. De allí que afirmemos que la Ciudad se localiza en un área de alto a muy alto riesgo y que, por eso, es indispensable que la comunidad aprenda a convivir con el riesgo y adaptarse a esta situación.

Laderas inestables y deslizamientos en las zonas de montaña: por la información que se ha compilado por diversas fuentes, incluyendo la CNE, en la parte alta de la cuenca del río Aguas Zarcas, dentro del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, se produjo la inestabilización de parte de una ladera con un área aproximada de 40 hectáreas. De esta masa inestabilizada se han desprendido deslizamientos que se movilizaron hacia el cauce del río Aguas Zarcas, los cuales originaron la serie de flujos que descendieron, y todavía siguen descendiendo, hacia Aguas Zarcas.

La causa de la inestabilidad de la ladera es fácil de deducir pues tiene que ver con un tema de fragilidad ambiental por Geoaptitud del terreno. Son varios los factores tales como la presencia de una fuerte pendiente, la existencia de un suelo arcilloso espeso, una formación geológica volcánica meteorizada y fracturada, baja consistencia de los materiales y además una alta porosidad / permeabilidad aparente que hace que absorba mucha agua de lluvia hasta la saturación.

Ante esta situación y pese a la existencia de un bosque primario sobre el terreno, un pequeño evento sísmico o simplemente el peso del material fue suficiente para producir la inestabilidad del terreno y producir su desprendimiento. Es un verdadero desastre de la naturaleza, pues también debió darse la muerte de un sinnúmero de animales que vivían en ese bosque que colapsó ante un suelo inestable.

Identificar las laderas inestables es posible, pronosticar cuándo, cómo y de qué extensión será el deslizamiento no es posible todavía. Empero, en gestión preventiva del riesgo, la identificación de las laderas inestables es útil para determinar el potencial de amenaza que implican y la condición de riesgo a que quedan expuestas las actividades humanas, incluyendo las construcciones en sitios topográficamente más bajos. Algo que es parte del ordenamiento y la planificación territorial y que, en el caso de Aguas Zarcas no se ha realizado, como tampoco se ha realizado en gran parte del país.

Derivamos así una gran enseñanza con lo sucedido en Aguas Zarcas y que podemos extrapolar a otras regiones del país, como por ejemplo en la Gran Área Metropolitana (GAM), donde todavía se siguen urbanizando las zonas de montaña del sur y del norte del Valle Central. También se trata de laderas inestables que son vulnerables a los deslizamientos. Solo basta imaginarse que hubiera pasado si esas 40 hectáreas que se deslizaron en la zona de Aguas Zarcas hubieran estado urbanizadas como en la GAM. Podría convertirse en un verdadero y terrible desastre.

Algo que debería hacernos meditar muy seriamente, en particular cuando en este momento el MINAE está planteando la reforma del decreto ejecutivo que establece la metodología para integrar la variable ambiental en los planes reguladores. Metodología que se denomina Índice de Fragilidad Ambiental (IFA) y que, cuando se aplica bien, pues ayudar a salvar vidas.

Acciones importantes de tomar: en primer lugar, se hace necesario que se tenga un mejor y mayor conocimiento de la situación geológica ambiental del territorio. Esto, por parte de todas las autoridades, principalmente del gobierno local y la misma CNE. El conocimiento correcto de la fenomenología que está involucrada permite tomar decisiones de prevención y mitigación apropiadas.

Esa información se obtiene por medio de estudios técnicos ambientales como los de IFA que se realizan para el plan regulador, tal y como está establecido en la actual normativa que rige en el país.

Aunque le mejor solución técnica sería cambiar la ubicación de Aguas Zarcas para que no quede tan expuesto a eventos de evolución natural del abanico aluvial, al menos se hace necesario establecer un ordenamiento ambiental del terreno de Aguas Zarcas para evitar que se desarrollen construcciones en los sitios de mayor amenaza. Algo que es objetivo del Plan Regulador.

Se requiere, además, el establecimiento de medidas de aumento de resiliencia (humana y de infraestructura) y el desarrollo de seguros paramétricos y de riesgo para evitar que los damnificados pierdan todo lo que tienen. La construcción de diques en un abanico aluvial no implica una solución apropiada y racional. La fuerza de los flujos, como hemos visto, podría destruir un dique con mucha facilidad. Es mucho mejor invertir en un plan regulador bien elaborado y en tomar medidas correctas para las construcciones de alto y muy alto riesgo, como planes de emergencia y sistemas de alerta temprana.

Al respecto, tenemos años de insistir de que el país necesita una Ley de Resiliencia contra Desastres. Algo que se hace cada día más urgente ante los embates de la Crisis Climática y del deterioro de la Ecosfera terrestre.

Las lecciones del evento de Aguas Zarcas son muchas y nos recuerdan, como los eventos de Quebrada Lajas de Escazú, donde perdieron la vida 24 personas, que podemos hacer mucho en materia de gestión preventiva del riesgo y que debemos actuar lo antes posible, para evitar que los desastres sean cada vez más lamentables.

Limitarnos a atender el desastre una vez que ha ocurrido, no es suficiente. Tenemos que actuar de forma más preventiva. Nuestra responsabilidad principal debe ser la realización de un correcto y efectivo ordenamiento ambiental del territorio y su eficiente planificación. No hacerlo tendrá consecuencias cada vez más serias y lamentables.

(*) El autor es Geólogo Ambiental, especialista en Sedimentología y Doctor en Ciencias Naturales. (a.astorga.g@gmail.com)

a.astorga.g@gmail.com

Mayo 21, 2023 4:52 am

La exploración y explotación de hidrocarburos en Costa Rica no es sostenible

Recientemente, la Unión Costarricense de Cámaras de la Empresa Privada (UCCAEP) hizo una propuesta al presidente de la República para que emita un decreto ejecutivo que suspenda la moratoria petrolera y así, reactivar la exploración y explotación de hidrocarburos (petróleo y gas natural) en el país.  

Se trata de un asunto recurrente que es de interés de todos los costarricenses pues, desafortunadamente, se vende la idea de que con la hipotética extracción de estos recursos el país obtendrá “dinero fácil y abundante” y con ello vencerá la pobreza y se hará casi tan rico como Noruega. 

Algo que, como hemos dicho, resulta un irrespeto muy serio a la sociedad costarricense y en particular a la gente más pobre y necesitada, pues les crea falsas expectativas que no se van a cumplir. Algo que no resulta para nada justo ni necesario.

Lo que propone la UCCAEP: se emite un documento titulado “Propuesta de UCCAEP para una política energética equilibrada”. El gestor principal de la propuesta es el Dr. Roberto Dobles, exministro de Ambiente y Energía de la administración Arias y quien es coordinador de la Comisión de Energía de la UCCAEP.

La propuesta encuentra fundamento en el hecho de que los vehículos pueden transformarse para que en vez de consumir derivados del petróleo puedan consumir gas natural. Se indica que, con esto, se mejora la sostenibilidad ambiental del país, pues se reducen las emisiones.

Además, se señala que el quemado del gas natural es más barato que quemar petróleo, por lo que el cambio produciría una menor inversión.

La eventual extracción de los hidrocarburos la tendrían que realizar empresas petroleras trasnacionales. Se indica que estas empresas tendrían que pagar renta y otros impuestos que generarían ganancias para el Estado.

Según la UCCAEP los yacimientos potenciales en Moín, Limón y Río Blanco en el Caribe podrían generar hasta $251 mil millones, monto que mayoritariamente se llevarían las empresas petroleras extranjeras. Detallamos aquí por qué razón.

Elementos a considerar: ante esta posición, se hace necesario, presentar argumentos técnicos de contrapeso que sirvan a las autoridades de gobierno para tomar la decisión más sabia y equilibrada posible. 

Estos argumentos se presentan en razón de la experiencia del autor como geólogo de exploración petrolera de RECOPE por cerca de 15 años y, también, por ser uno de los autores responsables de compilar la información técnica petrolera obtenida de casi un siglo de exploraciones petroleras realizadas en el país durante el siglo XX. También, por la experiencia del autor en hidrogeología ambiental y en evaluación de impacto ambiental.

Así las cosas, recomendamos considerar los siguientes argumentos técnicos:

  1. En Costa Rica no existen estudios científicos serios y avalados por las autoridades técnicas de gobierno o pares o de entes académicos que demuestren fehacientemente la existencia de yacimientos probados de hidrocarburos en territorio nacional. 

Existen datos de valoración potencial que tienen más de 30 años de antigüedad y son solo una posibilidad para atraer empresas petroleras a realizar exploración en el país. Lo que existen son especulaciones sin pruebas revisadas.

Este elemento es muy importante, pues de especular un eventual volumen de yacimientos, es fácil pasar a estimar el valor comercial del mismo. De allí sale esa cifra de $251 mil millones, es decir, de un dato especulativo y de potencial que no está fundamentado de ninguna manera en datos de reservas probadas y comprobadas.  Por esta razón, estos números deben manejarse con suma precaución. 

  1. El costo de las tareas de exploración de hidrocarburos es muy oneroso, del orden de decenas a cientos de millones de dólares por año. El país no podría asumir esos gastos en actividades de exploración para saber si es cierto o no si existen yacimientos potencialmente explotables. 

Se debe recordar que durante casi todo el siglo XX se realizaron actividades de exploración de hidrocarburos por diferentes empresas petroleras sin ningún éxito. Esto se debe a que geológicamente Costa Rica es un país muy complejo y por eso no es un país atractivo para realizar actividad petrolera.

Costa Rica es un país producto del choque de placas tectónicas, por lo que tiene muchas fallas geológicas por donde el petróleo o el gas natural que se pudo generar podría haberse perdido por su salida a la superficie. Para colmo de males, tiene mala calidad de rocas reservorio, debido a que las arcillas, que sellan los poros de las rocas, son un mineral abundante.

  1. En el planeta Tierra existen reservas de petróleo hasta el 2070 aproximadamente y de gas natural hasta el 2090 o 2100. Hay muchos hidrocarburos disponibles y no se ocupa encontrar más yacimientos. 

Lo que se ocupa es dejar de usarlos, es decir, descarbonizar la economía y cumplir el Acuerdo de París del 2015, el cual el país suscribió.

Además de esto, la eventual extracción del petróleo o del gas natural dependerá del tipo de yacimiento, su profundidad y naturalezas de los hidrocarburos. Dependiendo de esto, el costo de la extracción puede ser más alto que el promedio y sus impactos ambientales pueden ser muy significativos. Esto no se sabrá hasta identificar un yacimiento, pero en un contexto geológico como el de Costa Rica y por la experiencia de la exploración petrolera realizada en el siglo XX, es una posibilidad real.

  1. En caso de realizarse actividad petrolera en el país, tendría que ser por medio de concesiones a empresas petroleras extranjeras, las cuales tendrían que hacer la inversión en exploración y, dado el caso, de la explotación, por lo que ellas se llevarían la mayor parte del recurso y sus ganancias (hasta el 85% del total). 

De manera que al país solo le quedaría muy poco del recurso, con el agravante que nos quedarían los impactos ambientales que se produzcan por contaminación, cuya remediación no se pagaría con las ganancias obtenidas. 

Las experiencias en países tropicales, es que la remediación de los impactos ambientales producidos por la actividad petrolera, por lo general, es más costosa que el beneficio económico que deja. Así no es negocio, pues las empresas petroleras se llevan las ganancias y a nosotros nos toca lidiar con los problemas ambientales y sociales que se derivan.

  1. Los lugares donde la UCCAEP dice que podría haber hidrocarburos son zonas de bosques biodiversos con acuíferos en el subsuelo o áreas marinas con gran biodiversidad y muy sensibles desde el punto de vista ambiental. 

Son de gran riqueza ecológica y habría que sacrificar esos recursos para sacar petróleo o gas natural para el beneficio mayoritario de una o varias empresas petroleras extranjeras. Destruir la biodiversidad no es negocio para Costa Rica.

  1. Existen otras alternativas para el alto consumo de hidrocarburos que tiene el país y consiste en el desarrollo de combustibles alternativos como los biocombustibles o el hidrógeno verde. 

También se podría impulsar la geotermia de baja y media entalpía en todo el país, algo que hemos descuidado por años y que debería ser impulsado para que sea el sector privado el que lo aproveche. Esta energía geotérmica puede aportar la energía eléctrica que necesita un parque automotor eléctrico, por lo que no es necesario el uso de gas natural.

Estas actividades dejarían beneficios económicos directos al país y mayores que los que dejaría el arriesgarse a empezar una incierta actividad petrolera.

  1. Finalmente, el país tiene una importante imagen ambiental ante el mundo y eso es causa de que se tenga mucho turismo que es la primera fuente de ingresos del país y, además, una gran reputación en materia ambiental en todo el mundo. 

Aventurarse con el tema de hidrocarburos en medio de una enorme Crisis Climática en el planeta dejaría la reputación internacional del país por los suelos.

No debemos olvidar que conforme pasa el tiempo, más se agrava la situación de Cambio Climático y más intensos son los efectos de éste. Costa Rica es un país altamente vulnerable a la Crisis Climática. Desde este punto de vista, el que el país se abra a la exploración y muy, pero muy eventual explotación petrolera, resulta altamente contradictorio, en particular, porque esa actividad no es parte de su modelo de desarrollo económico.

Costa Rica tiene otras alternativas para impulsar su desarrollo económico. Por medio de una correcta planificación y gestión de su territorio, puede potenciar el uso sostenible de sus bosques, biodiversidad, suelos para producción regenerativa, potencial geotérmico y riqueza hídrica, a parte del potencial que tienen sus mares. 

Así las cosas, ponerse a revivir una actividad que no se necesita y que debemos dejar en el pasado, no es para nada recomendable.

El autor es geólogo ambiental. Fue geólogo de exploración petrolera para la Refinadora Costarricense de Petróleo entre 1984 y 1999. Ex secretario General de la SETENA. Catedrático de Sedimentología y Geología Ambiental de la Universidad de Costa Rica hasta el 2019. Es Doctor en Ciencias Naturales y consultor ambiental en evaluación ambiental, ordenamiento ambiental del territorio, planificación territorial, gestión del riesgo e hidrogeología ambiental.

a.astorga.g@gmail.com


La Gestión preventiva del Riesgo ante los escenarios futuros de la Crisis Climática

Abril 16, 2023 4:24 am

Los desastres se hacen cada vez más comunes. Tanto que, gradualmente, los vamos haciendo parte de la rutina de cada año. En verano, sequías, olas de calor e incendios forestales; en invierno, intensas lluvias, deslaves, inundaciones y procesos de erosión. Mientras la Crisis Climática se acentúa y se incrementa, las anomalías climáticas se hacen más frecuentes, haciendo que los daños se hagan cada vez más grandes. Por esta razón, en este noveno artículo de SALVETERRA trataremos el tema de cómo enfrentar este reto en países como Costa Rica, donde además de los efectos del Cambio Climático, nos afectan los GeoRiesgos que también representan una fuente importante de desastre.

Escenarios futuros de Cambio Climático: el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) ha desarrollado desde hace varias décadas diferentes escenarios sobre el Cambio Climático. Se basa en una proyección de incremento de emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente CO2 y el consecuente aumento de la temperatura de la atmósfera.

Hay escenarios con cambios leves hasta severos según lo que suceda con las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, existen diversas variables que pueden cambiar, como por ejemplo el papel de los océanos en la regulación climática o la eventual actividad de un volcán, de actividad muy violenta, que puede generar efectos incluso de alcance global.

No obstante, sobre la base de la tendencia de aumento de la temperatura de la atmósfera durante las últimas décadas, los escenarios futuros indican un aumento significativo de la temperatura y por tanto un incremento (en intensidad y frecuencia) de los efectos del Cambio Climático, en particular, con el desarrollo de anomalías climáticas, como tormentas tropicales y huracanes en zonas tropicales u olas de frío o sequías en regiones de latitudes más altas.

Los escenarios locales generados por las entidades meteorológicas de los diferentes países, permiten observar con mejor detalle los efectos del cambio climático en cada territorio; aunque los efectos de las anomalías climáticas no pueden visualizarse de forma tan clara, dado que se trata de fenómenos regionales que responden a condiciones atmosféricas particulares, como por ejemplo los fenómenos de la Niña o el Niño. En el caso de Costa Rica y Panamá, a esto se suma el movimiento de la Zona de Convergencia Intertropical.

En resumen, los escenarios de Cambio Climático se pueden traducir en mapas que reflejen donde se darán cambios significativos en la cantidad de lluvias por mes, o donde se podrían dar eventos de precipitación lluviosa intensa en determinados meses del año. También se pueden traducir en mapas de aumento de temperatura y disminución de la humedad, donde se podrían dar olas de calor y eventos de sequía. A partir de estos mapas es posible realizar gestión preventiva del riesgo.

Mapas de amenazas naturales: las ciencias geológicas nos muestran que en aproximadamente un 90 %, las áreas de mayor susceptibilidad a que se presente un evento de desastre pueden ser cartografiada e identificada en un mapa antes de que ocurra el evento. Este es el objetivo de elaborar mapas de amenazas naturales, los cuales, por lo general se separan por tipo de amenaza y se categorizan en cinco niveles desde muy baja a muy alta amenaza.

Los temas que se desarrollan en mapas de amenazas naturales pueden ser numerosos si el territorio en análisis está sujeto a efectos de GeoRiesgos (fuentes de amenaza asociados a fenómenos geológicos) o efectos del Cambio Climático. Los temas principales son los siguientes:

• Mapa neotectónico: muestra las estructuración geológica – neotectónica señalando las fallas geológicas regionales (activas) que sirven de límite de unidades tectónicas y fallas geológicas locales (activas o potencialmente activas) que pueden ser fuentes de sismicidad y potencial ruptura del terreno en superficie.

• Mapa de laderas inestables: indica la condición de susceptibilidad de las laderas al desarrollo de procesos erosivos y desprendimientos gravitacionales en masa (deslizamientos) según cinco categorías desde muy bajo a muy alto.

• Mapa de aceleración sísmica: expone la zonificación del territorio según la aceleración sísmica a que pueda estar expuesta según la sismicidad instrumental e histórica registrada. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por eventos sísmicos: zonificación del territorio en estudio según su susceptibilidad sísmica respecto a la unidad geológica que conforma el subsuelo superior. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de aceleración sísmica por tipo de suelo: zonas en que se divide el territorio en estudio respecto al suelo que forma la corteza de meteorización de las unidades geológicas y su susceptibilidad a la aceleración sísmica producida por un evento local o regional. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por inundaciones: muestra las zonas en que se divide el territorio en análisis según su susceptibilidad al desarrollo de eventos de inundación asociados a altas precipitaciones pluviales. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por actividad volcánica: zonificación del territorio respecto a las zonas de amenaza vinculada a la presencia de centros volcánicos eruptivos activos y centros eruptivos dormidos.

• Mapa de amenaza por licuefacción y subsidencia diferencial: indica las zonas del territorio en estudio más susceptibles a la amenaza por licuefacción (originada principalmente por solicitaciones sísmicas), así como por subsidencia diferencial ante la aplicación de cargas. Se subdivide en cinco categorías de muy bajo a muy alto.

• Mapa de amenaza por Tsunami y ascenso relativo del nivel de mar: muestra las zonas costeras del territorio sujetas a un ascenso rápido y temporal del nivel del mar por el efecto de un Tsunami o bien un lento ascenso relativo del nivel del mar como consecuencia del Cambio Climático.

• Mapa de tendencia de la precipitación anual frente al Cambio Climático: establece las zonas donde por el incremento de la precipitación anual producida por efectos del Cambio Climático se generarían mayores efectos asociados como deslizamientos e inundaciones fluviales, así como zonas con decrecimiento de precipitación donde dichos efectos disminuirían.

• Mapa de amenaza por sequías y/o desertificación por Cambio Climático: señala las zonas del territorio que, por efectos del Cambio Climático, estarían sujetas a sequías o efectos de desertificación, donde también podrían darse olas de calor e incendios forestales.

Gestión preventiva del riesgo: corresponde con las acciones de prevención que se pueden desarrollar para evitar que un evento de desastre se magnifique y pueda provocar grandes daños en pérdida de vidas e infraestructura.

El ordenamiento y la planificación del territorio son claves para la gestión preventiva del riesgo, en particular si dicha cartografía se desarrolla a escala local para el uso de los gobiernos locales. Esto significa hacer cartografía a escala de 1:25.000 o de mayor detalle, preferentemente a 1:10.000 e ideal a 1:5.000.

El desarrollo de cartografía de amenazas naturales permite identificar las zonas más susceptibles al desarrollo de eventos, por efectos de GeoRiesgos o del Cambio Climático. De esta manera, si los territorios no están urbanizados todavía es posible definirlos como zonas especiales donde se limita el desarrollo urbano y de construcciones o, en su defecto, se establecen condicionamientos técnicos para que las construcciones que se puedan desarrollar de forma limitada cumplan estrictas medidas tecnológicas de prevención, según el tipo de amenaza a que están sujetos.

En el caso de que los territorios de alta y muy alta amenaza que ya estén urbanizados lo que procede es el establecimiento de límites para los nuevos desarrollos urbanos y los planes de renovación urbana, así como el desarrollo de acciones efectivas para el aumento de Resiliencia humana y de infraestructura. Dentro de este ámbito, la estrategia local, impulsada por los gobiernos locales, de educación sobre la gestión del riesgo, el desarrollo de planes de emergencia y la conformación de seguros paramétricos contra desastres son de gran importancia para aumentar la seguridad de las comunidades.

De igual forma, el desarrollo de un fondo especial contra desastres, como el que hemos planteado anteriormente, sería de gran utilidad para países como Costa Rica (ver: http://www.allan-astorga.com/allan-astorga/2021/7/28/ley-de-resiliencia-contra-desastres)
Aprender a convivir con el riesgo: países como Costa Rica, son multirriesgo, no solo por fuentes de amenaza asociados a GeoRiesgos, debido a su fuerte actividad sísmica, tectónica y volcánica, sino también por efectos del Cambio Climático. Ante esto, resulta de gran importancia cultural aprender a convivir con el riesgo y, por tanto, gestionarlo apropiadamente.

Mirar para otro lado o ignorar las fuentes de amenaza y el riesgo que representan no es lo correcto. Todo lo contrario, es indispensable conocer en detalle la fuente de la amenaza, su comportamiento, su potencial, así como la probabilidad de ocurrencia de un desastre. Solo de esta manera podemos ser más resilientes y podremos enfrentar de forma efectiva un evento de desastre. Al respecto, países como Japón que tienen una tradición milenaria en materia de gestión del riesgo tienen mucho que enseñarnos.

Mucho por hacer: delineamos aquí, entonces, los pasos estratégicos a seguir para empezar a desarrollar una eficiente y efectiva gestión preventiva del riesgo. Son muchas las tareas, pero todas son realizables, en particular, con el uso de modernas tecnologías informáticas. Mientras tanto, se hace indispensable cambiar nuestra cultura (y también nuestra Ley Nacional de Emergencias) para que la gestión del riesgo no solo se concentre en la atención del desastre. Tenemos que avanzar mucho más, y trabajar realmente en prevención.

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